En diálogo con Canal E, la politóloga Florencia Filadoro analizó las implicancias del veto presidencial a la reforma previsional y el escenario político que atraviesa el gobierno de Javier Milei.
El revés legislativo y el recurso al veto
“Lo que vimos fue el barro de la política en su máxima expresión”, afirmó la entrevistada, en referencia al tratamiento de la reforma previsional. Para la politóloga, la sesión reflejó “una lucha de poderes de todo tipo, con gobernadores intentando cobrar facturas por disputas anteriores con La Libertad Avanza”.
El problema, explicó, no es solo político, sino discursivo: “El Gobierno intenta convertir el equilibrio fiscal en una nueva bandera, pero esa narrativa aún no tiene mucha pregnancia”, señaló. Si bien Milei anunció que vetará la ley, Filadoro advirtió que “la oposición ya demostró tener los votos para rechazar ese veto y devolver la ley con mayoría agravada”.
Ante ese panorama, la jugada del oficialismo apunta a judicializar la disputa. Sin embargo, Filadoro lo calificó como “un recurso extravagante, porque implica pedirle al Poder Judicial que intervenga entre dos poderes que tienen igual legitimidad democrática”.
Judicialización, elecciones y polarización
“Estamos ante un ajedrez político muy complejo”, sostuvo Filadoro. El presidente puede vetar la ley total o parcialmente; si el Congreso la ratifica con más de dos tercios, el Ejecutivo podría acudir a la Corte Suprema. Pero esto, advirtió, implica “trasladar un conflicto político a la Justicia en un contexto electoral muy delicado”.
Según la entrevistada, esta situación podría “erosionar aún más la capacidad de maniobra del Ejecutivo”. Además, el respaldo que logró la oposición en ambas cámaras “fue amplio y transversal, algo que no es fácil de lograr y que muestra un consenso creciente contra las políticas del oficialismo”.
Consultada sobre el posible impacto electoral del veto, Filadoro fue cauta: “Hoy hay una polarización extrema: una mitad apoya al Gobierno, otra lo rechaza completamente y queda muy poco espacio en el medio”. Sin embargo, advirtió: “Los votantes más blandos solo cambiarán de postura si la economía comienza a jugarles en contra”.
Finalmente, subrayó que “el Gobierno parece abrir el paraguas, anticipando turbulencias económicas y culpando al Congreso por las consecuencias”, lo que —según ella— “mancha el traje presidencial más que cualquier disputa legislativa”.