España brilla más que nunca gracias a las energías renovables. En los últimos años, tanto la energía solar como la eólica han sido grandes protagonistas del soporte energético español, y durante 2024 han representado el 56% del total del mix de generación nacional, según los datos recogidos por Red Eléctrica a finales del año pasado. La transición hacia las energías renovables en el país se ha consolidado gracias al aumento en la instalación de nuevas plantas, y este avance se ha visto también impulsado por unas condiciones meteorológicas favorables para la producción de energía sostenible.
Además, esta apuesta por las renovables se ha visto reflejada en la factura de la luz de todos los españoles. Según el análisis El impacto de las energías renovables sobre el precio mayorista de la electricidad, este incremento en su participación ha permitido que el precio del mercado eléctrico se reduzca en más de un 40% en comparación con los niveles que se habrían alcanzado si las fuentes renovables hubieran mantenido el mismo nivel de participación que en 2019, cuando la solar y eólica representaban tan solo el 26% de la generación total.
El estudio, elaborado por Javier Quintana, economista investigador en el Banco de España, también apunta que, por ejemplo, hace seis años no había horas con precios de electricidad en cero o negativos, algo que sí hemos visto durante los últimos meses. Sin ir más lejos, a principios de 2024, el 15% de las horas tuvieron precios en cero o en negativo debido a la alta generación renovable en ciertos momentos.
Estos datos indican que, a medida que aumenta la instalación de renovables, los precios tienden a reducirse de forma progresiva. Es decir que, de acuerdo con el análisis, aunque al principio la reducción de precios puede ser moderada, cuanta más energía sostenible se instale, más rápido bajarán los precios de la electricidad, porque, tal y como explica el autor a Infobae España, “un aumento de la generación renovable, cuyo coste marginal de producción es relativamente reducido, hace que caiga el precio porque hace innecesarias las tecnologías más caras”.
Asimismo, el estudio apunta que, si se cumplen las proyecciones del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), los precios mayoristas (del mercado) de la electricidad pueden bajar hasta un 50% más para 2030 en comparación con los precios de 2024. Esta estimación depende de diversos factores, como por ejemplo que el precio del gas no cambie drásticamente.
Aun así, Quintana explica que el análisis se ha realizado basándose en “lo que habría ocurrido sin las renovables”, teniendo en cuenta el contexto global y geopolítico de los últimos años, sobre todo la guerra de Ucrania. “El precio de la electricidad ha sido mayor de lo que normalmente era antes de 2021, debido al aumento del precio del gas natural, y habría sido mucho más caro en ausencia de las renovables”, matiza.
De igual manera, el economista afirma que “un mayor porcentaje de renovables hará que en un mayor número de horas el precio de la electricidad no dependa de las centrales que utilizan gas natural y, por tanto, tendrá un efecto de reducir el precio de la electricidad”, suponiendo que el gas fósil se siga manteniendo en un precio estable.
Así, las energías renovables ayudan a bajar el precio del mercado eléctrico, especialmente durante las horas de sol gracias a la energía fotovoltaica. Sin embargo, tal y como explica Ismael Morales, responsable de Políticas Climáticas de la Fundación Renovables, el precio del mercado no es exactamente el mismo que el precio de la factura de la luz que pagamos en casa. Y es que nuestra factura “la marca el mercado minorista con las comercializadoras y sus diferentes tarifas”, en donde influyen otros factores como los márgenes de beneficio, los cargos y los peajes. En el sistema marginalista, el precio diario lo marcan las tecnologías más caras, como los ciclos combinados o el bombeo hidráulico, tal y como indica el experto, y no las renovables.
En el caso de España, nuestro país depende mucho del gas para generar electricidad, lo que hace que los precios sean muy inestables. Cuando el gas sube de precio, por ejemplo en inviernos fríos o en crisis como la guerra de Ucrania, la electricidad también se encarece. Aquí es donde entran las renovables, ya que, según el responsable de Fundación Renovables, “son esenciales para rebajar los precios, mantener una estabilidad” y ayudar a evitar las grandes diferencias de precios entre el día (más barato, gracias a la energía solar) y la noche (más caro, porque hay menos renovables y se usa más gas).
Como solución, Morales propone que “los combustibles fósiles, sobre todo el gas fósil, vayan perdiendo presencia en los mercados eléctricos” para impulsar otras tecnologías como las baterías de almacenamiento de energía y el autoconsumo. Otra de las claves que indica el responsable de Políticas Climáticas es aumentar la capacidad de almacenamiento energético, “y apostar por el despliegue de baterías para almacenar electricidad generada con renovables” y usarla cuando sea necesaria. Actualmente, hay 18 GW de almacenamiento pendientes de aprobación y de instalación.
Mientras Morales destaca la necesidad de reducir el peso del gas y mejorar el almacenamiento energético, Cecilia Foronda Díez, directora de Energía y Personas de ECODES, enfatiza que la reforma del sistema de precios es clave para que el impacto positivo de las renovables llegue realmente a los consumidores: “Debería reformarse para que el precio de la electricidad que llega al consumidor final refleje realmente los costes de producción de la electricidad”. Además, Foronda también recalca que son las personas en situación de pobreza energética las más afectadas por este sistema, porque “para disfrutar del bono social tienen que tener contratada una tarifa regulada, el PVPC, que está muy condicionada por los vaivenes del mercado”.