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lunes, 20 enero, 2025
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Milei abrió el casino, Macri teme por el «carancheo» y en la UCR se preguntan dónde está Lousteau?

Todos juegan (abrió el Casino)

¿Era oportuno para el Gobierno abrir el casino? Porque abrió el Casino y ahora todos juegan. El llamado a sesiones extraordinarias para proyectos sin el voto como para ser aprobados -suspensión de las primarias PASO o Ficha Limpia- y la crisis en el oficialismo del Senado que abrió el escándalo Kueider, le aportan al Gobierno más problemas que soluciones.

La primera escaramuza ocurrió el jueves pasado cuando abrió en el comedor del hotel Savoy -santuario de las grandes conspiraciones políticas- el período de almuerzos políticos. La mesa chica del bloque Encuentro Federal decidió allí rechazar la invitación del Gobierno para el martes de esta semana a los bloques dialoguistas de Diputados, para discutir el plan legislativo de las extraordinarias con Guillermo Francos en la Casa Rosada. La mesa que integran Miguel Pichetto, Nicolás Massot, Emilio Monzó y Oscar Agost Carreño releyó el whatsapp que ese día había enviado el jefe de gabinete y decidió hacer una contraoferta que hasta este domingo no había tenido respuesta. Si quieren hablar, vengan al Congreso, porque nosotros no vamos a ir a la Rosada con dirigentes como Cristian Ritondo (PRO) y Rodrigo de Loredo (UCR) que están hablando con ustedes para hacer listas de candidatos. No es nuestro caso y no vamos a estar en esa foto. Los agravió, además, que el Gobierno hubiera adelantado la invitación por los diarios.

Quieren un Congreso cerrado

Esta bancada se siente maltratada porque el Gobierno se niega a discutir el Presupuesto 2025 y los presiona con estas invitaciones, cuando debería agradecerles que la Ley de Bases existe por ellos, que el DNU 70 (anulado por el Senado) tiene vigencia por ellos, y que le han cuidado el DNU que le permite al Gobierno una liberalidad en el manejo de la deuda que contradice la ley de Administración Financiera.

Estos argumentos los repitieron ese mismo jueves cuando fueron a reunirse con Martín Menem en el despacho de la presidencia de la Cámara. El rechazo a ir a la Rosada tiene otros motivos, como las diferencias en el bloque de Encuentro Federal sobre los proyectos de las PASO y Ficha Limpia. No opinan lo mismo sobre esos temas un Pichetto que un Ricardo López Murphy -que ya está en campaña para su reelección como diputado- o que Massot. De esa cita con Menem salieron convencidos de que el llamado a extraordinarias es un empecinamiento del Ejecutivo que Martín no comparte. Puede sentirse presionado, como Victoria Villarruel en el Senado, por una maniobra de Olivos para responsabilizarlos de la inacción del Congreso, cuando en realidad es el propio Gobierno el que quiere un poder legislativo congelado.

Para el Gobierno, 2024 fue un buen año legislativo. Sacó la Ley de Bases y el DNU 70, que le permiten emergencias que delegan facultades al Ejecutivo. Además, tiene lacrada la comisión de DNU, que no trata extravagancias como autorizar por decreto los viajes del Presidente al exterior, que requieren una ley que nadie le rechazaría nunca. Hacerlo por DNU es una provocación para exhibir discrecionalidad.

Miedo a perder

La conveniencia de paralizar el Congreso se contradice con la necesidad institucional de tenerlo en funcionamiento. Los inversores y los multilaterales preguntan cómo es eso de gobernar sin presupuesto y por decreto. Lo del Presupuesto se entiende: el Gobierno busca evitar el escenario de enfrentarse con un Congreso que tiene más fuerza que el Ejecutivo, y más en un proyecto en las que lleva las de perder. El cesarismo puede caer simpático en el escenario del show trumpiano que marca el libreto del Gobierno, pero resiente la sustentabilidad del proceso que va a examen en las próximas elecciones. Los gobernadores están callados sobre el Presupuesto, pero por debajo de la mesa negocian ayudas que, a cambio, los amordazan en la superficie.

El documento del PRO denunciando autoritarismo fue un mandoble tan importante como el adelantamiento de las elecciones que ordenó el gobierno de CABA. Pone en estado de pánico al oficialismo que adelanta dificultades en los grandes distritos. En Buenos Aires las apuestas se concentran en la candidatura de Diego Santilli para enfrentar al cristinismo, con Cristina o sin ella. Pero lo que saque será de Santilli, no de Milei. Lo mismo ocurre en Córdoba, donde el vicario de Milei es Luis Juez. Pero si a este le va bien, será un triunfo de Juez, un easy rider que busca su destino. Su condición de político lo ha llevado a estar cerca, según los tiempos, de Domingo Cavallo, Carlos Menem, José Manuel de la Sota, Juan Schiaretti, Néstor Kirchner, Elisa Carrió y Mauricio Macri. Si gana, será un triunfo de él. Atribuírselo es como que Patricia diga que ganó porque festejó el triunfo de Milei que le ganó a ella.

El PJ discutirá todo en el Senado

En el Senado no están mejor las cosas. El escándalo Kueider le hizo perder al oficialismo parte del grupo de «Los 39», que había logrado construir Juan Carlos Romero para desplazar al cristinismo de la conducción de la Cámara. Hay dudas de que «Los 39» sean ahora 37, sin Kueider y sin Víctor Zimmerman, radical de licencia para ser ministro en el Chaco. La Libertad Avanza tiene 6 senadores que libran peleas internas que pueden estallar el 24 de febrero, cuando se haga la sesión preparatoria del nuevo año legislativo. Como están las cosas, esa sesión hoy no podría hacerse. Es difícil que Romero pueda repetir el pase de magia que logró al crear «Los 39». Además, en cuanto se abran las extraordinarias, en la primera sesión le tomarán el juramento a la entrerriana Stefania Cora. Será la senadora número 34 del interbloque del peronismo cristinista.

No queda ahí todo. Ese interbloque, que conduce José Mayans, planteará una recomposición de las comisiones que repare lo que cree que es una irregularidad. El peronismo reclama un senador más por cada comisión y la presidencia de varias comisiones, para respetar la proporcionalidad. Tampoco cayó el sábado bien en la bancada la insistencia en un proyecto de Ficha Limpia presentado como un intento de exclusión de Cristina en las elecciones. Lo vieron como una extorsión a cambio de los votos para los nuevos jueces en la Corte. Mayans había recibido un llamado del jefe del bloque de La Libertad Avanza, Ezequiel Atauche, pero no habló de este proyecto que es un mensaje, para el bloque, con nombre y apellido. ¿Querían los votos en el Senado para Lijo y García Mansilla o se están vengando por no tenerlos? Ya hay respuestas informales al proyecto, el principal que no podría tener carácter retroactivo. En lo táctico ¿alcanzará a Cristina en caso de aprobarse? La Casación amplió el plazo para que recurra el fallo de Vialidad y sus abogados tienen tiempo hasta mayo próximo para ir a la Corte. ¿A qué tanta presión?, se quejan.

Macri y Cristina en el radar

El lector de «Entretelas de la política» (domingo en el «Económico» de este diario) ya se enteró de que Cristina de Kirchner opera en Capital desde hace una semana para tomar posición sobre su candidatura y la decisión del PJ en torno a las PASO. También entra en zona Mauricio Macri, que interrumpe sus vacaciones patagónicas para estar el 28 y 29 en Buenos Aires. Tiene que resolver su candidatura a senador y buscar una solución incruenta a la renuncia de Luis Juez al bloque PRO de Senadores. No la tiene fácil porque el vice que queda a cargo es Alfredo De Ángeli, un senador NBI (con las Necesidades Básicas Insatisfechas, según la jerga del Indec). Es un librepensador de la política y se le termina el mandato en diciembre. Es presumible que busque la reelección y para eso debe hacer confluir los intereses del gobernador Rogelio Frigerio, los de Macri, los suyos propios, y blindarse ante el «carancheo» que ejerce La Libertad Avanza sobre todo bicho que camina.

Las PASO contra el «carancheo»

Este caso prueba la importancia del debate sobre las PASO, porque sin este sistema los partidos de la oposición pueden quedar sin una herramienta de ordenamiento interno. De ahí que haya legisladores que mocionan por una suspensión de estas primarias, pero no abolirlas. En todo caso, discutir una reforma que deje las PASO sólo para los cargos ejecutivos, no los legislativos, que se asignan por representación proporcional. El no peronismo encontró su rumbo desde 2013 en la apropiación de ese sistema que permitió la existencia de frente como Juntos por el Cambio, que controló la agenda política desde aquel año hasta ahora. Sin PASO, es víctima del carancheo de sus dirigentes por el mileísmo, que repite el mismo método con el cual comenzó Macri en 2013 a sumar a radicales y lilitos de todo el país con quienes fue en 2015 a la PASO que lo hizo presidente.

La historia cuenta que hubo dirigentes como Ernesto Sanz o amigos radicales de Mauricio como Juan Radonjic, que le advirtieron que el carancheo no le serviría para atraer al radicalismo, porque el partido siempre presentaría listas contra el PRO en las provincias y eso perjudicaría también a Macri. «—Vas a cometer un error si seguís así -le dijo- y vas a terminar involucrado en la interna radical, que es despiadada. Apuntá a un diálogo orgánico con el partido«. Es lo que no ha querido hacer Milei con el macrismo, al que querría porfirizado, para quedar como jefe de la centroderecha. Como muchos que entran a la política por la ventana y tienen una brisa de éxito, Milei y sus gerentes creen que todos tienen que enfilarse detrás de ellos, sin haber pasado por la experiencia de construir poder. No se hace política desde la banquina.

Embromar a la oposición

El sistema de las PASO fue creado por el gobierno de Cristina en 2010 para desbaratar a la ya enclenque oposición, que en 2011 le habilitó el triunfo récord para un nuevo mandato con el 54,11% de los votos. El segundo, Hermes Binner, sacó apenas el 16% y el resto se pulverizó en minorías imperceptibles.

En el turno siguiente esa oposición se apropió del sistema, que permitió la creación del frente Juntos por el Cambio, que nació de las PASO. Ese año Cristina abogó por su derogación. El peronismo había perdido el poder por promover una PASO en Buenos Aires entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez por la gobernación. Un suicidio político que significó una disipación de poder que los llevó a la derrota nacional. Demostró que Cristina no tenía autoridad sobre el peronismo, conducía a un sector sin contener al conjunto y pagó carísimo no poder controlar a Florencio Randazzo, que desencadenó aquella PASO letal. En perspectiva el sistema fue creado por un gobierno para embromar a la oposición. Ahora, otro gobierno las quiere sacar para embromar, también a la oposición.

Semana movida

Estas presencias de Macri y Cristina abren el año político en una semana con actividades llamadas a hacer ruido. El próximo viernes 24 el senador Maxi Abad llama a una juntada de radicales en el Club Quilmes de Mar del Plata. Acompañado por Ernesto Sanz, su mentor partidario, clava una pica en la interna de su partido que busca sacudir la ligustrina para ver si aparece Martín Lousteau, presidente nacional de la UCR. Este senador porteño registra una salida de escena cuando se preguntan sus correligionarios sobre el destino de las dos bancas que arriesgan este año en todo el país de un partido que está dividido y sin la potencia de otros tiempos. Importa también la suerte de la alianza del partido con el PRO y la Coalición para gobernar en CABA. Abad es delegado al Comité Nacional del partido, es decir que está habilitado para ser elegido presidente del partido. El mandato de Lousteau termina a fin de este año, pero bordar una sucesión requiere tiempo.

En el peronismo también se esperan sordos ruidos para esta semana. Un grupo de diputados del bloque que guardan alguna distancia del cristinismo viajan el sábado 25 a San Rafael, Mendoza, invitados por los hermanos Félix. Omar es el intendente local y organiza un sarao por todo lo alto para celebrar la Fiesta de la Vendimia de esa ciudad. Emir Félix es el presidente del PJ de Mendoza y les han aceptado la invitación los diputados Guillermo Snopek (Jujuy), Tanya Bertoldi (Neuquén), Eugenia Alianiello (Chubut), Ernesto «Pipi» Alí (San Luis), Varinia Marín (La Pampa), Roberto Mirabella (Santa Fe) y otros. Se sumará la local Liliana Paponet. Una juntada es una etapa superior del whatsapp y puede constituirse como un grupo de interés en el bloque, al que habrá que tener en cuenta en un Congreso tan disperso que cada pelo hace sombra en la tierra.

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