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viernes, 27 diciembre, 2024
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Fuerte cruce del Cuervo Larroque contra Máximo Kirchner que amaga con ser candidato en La Matanza

Hay veces que la explicación más sencilla, por absurda que parezca, puede ser la correcta. Lo que nadie discute es que la relación entre Máximo Kirchner y Fernando Espinoza está quebrada. También casi todos coinciden en que La Cámpora intentará sumar el mayor poder posible en todos los municipios del Conurbano. Le juega a favor la imposibilidad de buena parte de los jefes del GBA de poder presentarse para una nueva reelección.

En ese esquema de la lucha por el poder, hay quienes aseguran que Máximo Kirchner amaga con ser candidato a concejal el año que viene en La Matanza. Ante Clarín, hay quienes aseguran habérselo escuchado, aunque no se animen a tomarlo de todo en serio. Incluso hablan de que en la lista lo secundaría el sacerdote preferido de su madre Cristina, el Padre Tano.

Lo que sí pasó este lunes en la reunión de Consejeros del PJ bonaerense en Moreno, fue el clima de tensión en el que transcurrió la cumbre. «La gravedad desplomaba el aire», describió uno de ellos.

El encuentro, con Cristina Kirchner en el centro de una gran mesa en forma de «U» (ladeada por Sergio Massa y Axel Kicillof), empezó con la pata izquierda. El primero en tomar el micrófono fue el intendente camporista Iván Villagrán, consejero de la Segunda Sección electoral.

Villagrán no anduvo con demasiadas vueltas: le apuntó a la gestión del Gobernador Kicillof, más precisamente a su ministro de Trabajo, Walter Correa, a quien muchos señalan como un brazo político de Andrés «Cuervo» Larroque. «No puede ser que desde la Provincia se persiga con controles a pequeños y medianos empresarios y comerciantes que suelen compartir nuestros valores y proyectos», espetó el jefe comunal

Larroque le contestó a viva voz, dirigiéndose al jefe político de Villagrán y su propio ex aliado, Máximo Kirchner. «Poné vos órden a todo esto, por favor», dijo Larroque levantando la voz pero sin llegar a gritar, mirando fijo al líder de La Cámpora.

Máximo tomó la palabra intentando bajar los ánimos, pero dejando en claro algunos puntos: «Hay que escuchar a todos, y permitir que cada uno se exprese con libertad y diga lo que tiene ganas de decir«.

En su propia agrupación no ocultan ni disimulan que todo lo que viene en los Partidos del Gran Buenos Aires puede ser una inmejorable oportunidad para dejar de depender de los intendentes.

«No hay ningún tipo de acuerdo para eliminar la ley que impide las reelecciones. Es más, las candidaturas municipales dentro de Unión por la Patria las define el Partido Justicialista bonaerense que es presidido por Máximo. Todo el abanico está abierto, salvo la de desdoblar la elección», le indicó a este diario uno de los consejeros pejotistas que asistió a la reunión.

Justamente fue Massa quien, como Cristina, cuestionó la separación de las elección. «Esa estrategia nos impidió lograr llegar a la presidencia y evitar el balotaje», dijo, palabras más palabras menos, el renovador que ayer disparó raudo a la cancha de Tigre tras el acto en Moreno.

Tras las palabras de Massa, le tocó el turno a Kicillof. Se lo notó nervioso. Como un nuevo mensaje interno, recordó que el enemigo es Javier Milei y que hay que apoyar a la gestión de la Provincia de Buenos Aires. Cristina lo miraba de a ratos.

Cuando tomó el micrófono, la ex vicepresidenta pareció responderle al Gobernador: «¿Quién dijo que yo no apoyo a Kicillof? A ver…a ver..«, aparentó chucear la presidenta electa del PJ Nacional que asumirá su cargo el miércoles a las 18 en la Universidad Metropolitana (UMET) del sindicalista porteño Victor Santa María.

«Fui yo quien lo nombró Ministro cuando medio gabinete me puteaba. También decidí que vaya por la reelección cuando la mitad me pedían que sea Martín Insaurralde y la otra mitad Verónica Magario. Hay que tener memoria», chicaneó.

La reunión en Moreno se terminó en forma casi intempestiva. Pero alguien quería decir algo más y como no le dieron el micrófono, volvió a hablar a viva voz. Otra vez el Cuervo Larroque. «Me sentí aludido con la última alocución. Quiero dejar en claro que acá hay que apoyar al Gobierno de la Provincia y dejar las peleas y rencillas de lado«, se lo escuchó decir al creador de La Cámpora, aunque ni Cristina ni Máximo amagaron un segundo en intentar escucharlo.

Los que frecuentan a Máximo lo suelen visitar en un departamento cerca del Congreso. «A Maxi le encanta la sobremesa. Está lúcido pero tengo que reconocer que bastante larguero», cuentan. El hijo de la ex pareja presidencial también tiene una casa quinta en Villa Elisa, aunque dicen que hace mucho que no va.

Los que se entusiasman con que sea candidato en La Matanza, señalan que estaría pensando en fijar residencia en Ramos Mejía. En la Municipalidad de Espinoza no lo ven como algo descabellado en medio de lo que ellos consideran una «mini-guerra» con La Cámpora.

«Lo de Moreno con Mariel Fernández, la intendenta del Evita, no fue al azar. No sería extraño que quieran utilizar la estructura de la organización social para plantársele a Espinoza en La Matanza», conjetura un jefe peronista de la Tercera Sección del GBA.

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