“En el mundo del boxeo, ser el villano es lo mejor”. Y Jake Paul es el mejor antagonista de la película. A partir de sus controversias y físico prodigioso que le permitió enfrentarse a cualquiera que se interponga en su camino, el joven nacido en Cleveland cimentó el asfalto de su propia autopista hacia la fama. Su irrupción en las redes sociales con apariciones que no estaban exentas de polémicas le permitieron escalar poco a poco entre las estrellas del mundo digital. Desde videos burlando la ley a canciones de rap enfrentándose a su hermano Logan. De tener un rol importante en una serie de Disney a ser el hombre que acapara todas las carteleras del boxeo profesional. El YouTuber que pasó a ser la máxima estrella de los deportes de combate y que obligó a una leyenda viviente a que volviera del retiro: Mike Tyson se calzará los guantes para enfrentarse al chico problemático de Ohio.
El camino de Jake estuvo ligado de la mano con el de Logan, su hermano mayor, quien fue el que le instauró el deseo de convertirse en boxeador profesional y hacer mella en la industria. El comienzo de su fama se forjó en la plataforma Vine en el año 2006, donde sumaron la cifra de cinco millones de suscriptores, quienes los siguieron a YouTube. Su fama comenzó a crecer a pasos agigantados a partir de contenidos polémicos y provocadores. Tal fue su irrupción, que en 2014 los hermanos Paul se volvieron la dupla de influencers más viral de los Estados Unidos y pasaban los 20 millones de seguidores.
Ante la trascendencia de su figura, Disney contrató a Jake para que tuviera un papel protagónico en la serie Bizaardvark. Allí, compartió elenco con otras celebridades como Olivia Rodrigo y Madison Hu. Sin embargo, la fama y la ostentación –se compró una mansión de USD 7.4 millones a los 18 años- causaron la debacle de su figura. Entró en una carrera competitiva con Logan para dirimir quién tenía más seguidores, algo que derivó en canciones de rap y contenidos que violaban la ley por simples clicks. Esto último llevó a que el FBI allanara su mansión y le incautara armas de fuego. Todo el mundo se puso en su contra, ya que odiar a Jake Paul era el hit del momento.
Todos los problemas empezaron a calar de manera profunda en el estado emocional de un joven que apenas era mayor de edad. Sumado a esto, los traumas de su infancia ante la exigencia verbal y física de su padre todavía eran fantasmas que revoloteaban por su cabeza. Estas disyuntivas causaron que los hermanos se volvieran a reconciliar. Hasta que en 2018 llegó una invitación que les cambió la vida. El recinto Manchester Arena se vistió de gala para acoger un evento de boxeo en el que pelearían Deji vs. Jake Paul, y una semana después KSI vs. Logan Paul.
Con el deporte en caída libre a nivel taquilla, el negocio necesitaba la presencia de una nueva figura que cautivara a los jóvenes y que llamara al dinero. Jake utilizó el odio de los demás para construir el personaje del joven malo, rudo, que estaba en contra del sistema. Se transformó en el villano perfecto que necesitaba el boxeo. El hit “Al diablo Jake Paul” se volvió una costumbre en cada uno de sus combates. Su victoria por TKO contra Deji fue una mera anécdota ante todo lo que estaba por venir.
Se juntó con Nakisa Bidarian (reconocido promotor de peleas de UFC), con quien realizaron una estrategia de negocios que potenció su figura. Paul comenzó a enfocarse en el deporte. Se mudó a Puerto Rico únicamente para entrenarse y formó un equipo de trabajo que iba desde entrenadores para mejorar su técnica a especialistas en ejercicios de respiración. En sus primeras incursiones como pugilista profesional, venció por nocaut técnico al YouTuber AnEsonGib y se impuso por KO al basquetbolista Nate Robinson.
La industria del boxeo vio cómo un “desconocido” con solo tres años de entrenamiento se introducía en su negocio y acaparaba todos los flashes de las cámaras. Boxeadores y promotores legendarios se pusieron en su contra y comenzaron a criticarlo diciendo que iba a perder de manera contundente el día que se enfrentara a un peleador profesional. Esto solo sirvió como un alimento para acrecentar su aura. Jake le declaró abiertamente la guerra a la UFC y a Dana White, su presidente, que no se quedó al margen y era el que llevaba la bandera en las críticas al YouTuber.
En abril de 2021, por primera vez, Paul combatió contra un peleador profesional: Ben Askren, campeón en MMA y que nunca había sido noqueado en su carrera. ¿El resultado? Ganó Jake por KO en el segundo asalto. El siguiente en la lista fue otro excombatiente y portador de un cinturón de la UFC. Primero en tarjetas y después en un nocaut histórico que fue catalogado como el mejor del año, Tyron Woodley no fue rival para “El Gallo de Dorado”.
Su estilo de pelea ortodoxo, sumado a la velocidad de sus piernas y la potencia de sus puños causaron estragos en el negocio del boxeo, que recaudaba cifras exorbitantes en pagos por evento (PPV). Su camino siguió con otro histórico peleador del UFC, pero esta vez no era cualquiera. Anderson Silva. Campeón en peso medio con el reinado más largo de la historia de la promoción con diez defensas al título y considerado uno de los mejores luchadores de MMA de la historia, no pudo contra Paul, quien se impuso en las tarjetas de forma unánime en un combate memorable.
Con un récord de 6-0 en su espalda, llegó su primer desafío contra un pugilista profesional. Tommy Fury, hermano del legendario Tyson Fury, campeón CMB de peso pesado, se subiría al cuadrilátero contra Jake, con un saldo de 8-0. Uno de los dos iba a conocer el sabor de la derrota por primera vez. Dos familias reconocidas por su polémica y excentricidades se enfrentaban entre sí. En una excelsa pelea de box que fue recordada por la cantidad de golpes conectados, y los más de USD 800.000 recaudados en PPV, Fury se impuso en las tarjetas por decisión dividida. Paul tuvo su primer choque de realidad con el boxeo, pero la derrota solo fue un valor más del proceso de su destino.
Paul redobló la apuesta con otro peleador de la UFC: el excéntrico Nate Díaz. Los dos polémicos personajes se enfrascaron en una pelea de boxeo a 10 asaltos, en un evento titulado “Ready 4 War”. La juventud de Jake se impuso ante la experiencia del histórico peleador de MMA y lo venció por decisión unánime. El oriundo de Ohio siguió adentrándose en el deporte profesional y sumó tres victorias más: nocaut contra Andre August, TKO versus Ryan Bourland y por la misma vía sobre Mike Perry.
Con 27 años y con un récord de 10-1, llegó la cúspide de la carrera de Jake Paul. Mike Tyson fue de los pocos boxeadores legendarios que le dio el visto bueno. Siempre apreció su forma de conectar, en cierto modo, con la gente para entretenerla. Aseguró que su irrupción llegó en un momento clave para salvar al boxeo. Sin embargo, el broche de oro no podía ser de otra manera que enfrentándose. Con 31 años de diferencia entre uno y otro, con un Iron Mike que demostró que la edad queda de lado cuando su sangre competitiva comienza a hervir, se verán las caras en el AT&T Arena de Arlington, Texas, el 15 de noviembre. “En el mundo del boxeo, ser el villano es lo mejor”, expresó un día Jake Paul. Y esos dichos los llevó al pie de la letra. Porque, más allá de todas sus polémicas, él siempre tuvo en claro que es “The Problem Child”.