Con la excusa de confirmar la salida de Diana Mondino de Cancillería y enmarcarla en el voto argentino en favor de Cuba y en contra del bloque de Estados Unidos a la isla en Naciones Unidas, el Gobierno de Javier Milei aprovechó un comunicado oficial para marcarle la cancha a los diplomáticos: anunció una «auditoría del personal» en el Ministerio de Relaciones Exteriores en busca de «impulsores de agendas enemigas de la libertad».
El texto pertenece a la virtual Oficina del Presidente que posteó el mensaje en la red X. Sin siquiera la formalidad de agradecerle a Mondino por su paso por la gestión libertaria, el mensaje de salida viró hacia una advertencia a Cancillería que se plasmó en un último párrafo, tras cuestionamientos a la «dictadura cubana».
«La Argentina atraviesa un período de cambios profundos, y esta nueva etapa exige que nuestro cuerpo diplomático refleje en cada decisión los valores de la libertad, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales», remarcó el comunicado que surge de un área en la que orbita el asesor presidencial Santiago Caputo.
El Gobierno avanzó en su postura: «En este sentido, nuestro país se opone categóricamente a la dictadura cubana y se mantendrá firme en la promoción de una política exterior que condene a todos los regímenes que perpetúan la violación de los derechos humanos y las libertades individuales».
Y en un párrafo final dejó un fuerte mensaje al Servicio Exterior. «La República Argentina defenderá los mencionados principios en todos los foros internacionales en los que participa y el Poder Ejecutivo iniciará una auditoría del personal de carrera de la Cancillería, con el objetivo de identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad».
El texto de la OPRA comenzó con la formalización de la salida de la funcionaria -habló en rigor de su renuncia, no de que fue solicitada-, integrante del gabinete desde el comienzo de la gestión libertaria en diciembre de 2023 y la confirmación, además, a su reemplazante.
«La Oficina del Presidente informa que la canciller Diana Mondino ha presentado su renuncia al cargo de Ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. En su lugar asumirá el actual embajador en los Estados Unidos, el señor Gerardo Werthein, quien liderará la continuidad de la transformación en la política exterior de nuestro país», dice el comunicado.
La decisión sobre la salida de Mondino fue el desenlace por el voto de la Argentina en las Naciones Unidas en contra del bloqueo de Estados Unidos y otros países de Occidente contra Cuba.
Este miércoles, la Asamblea General de la ONU aprobó por abrumadora mayoría una resolución que pide el fin de la medida de Washington a Cuba.
Por vez número 32 se vota así. La novedad aquí es que, contrario a las políticas disruptivas que venía teniendo Milei ante el organismo, y sus críticas al socialismo como el del férreo régimen cubano, su gobierno votó en contra del embargo que Cuba llama «bloqueo». Eso fue el principio del fin para la ahora ex canciller.
Mondino venía siendo muy criticada puertas adentro del Gobierno y mantenía fuertes diferencias con el entorno más cercano a Javier Milei, integrado por la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y por el asesor presidencial Santiago Caputo.
La otra advertencia de Javier Milei, a la caza de diplomáticos no alineados
El pasado viernes 18, el Presidente había comenzado su presión hacia los funcionarios y diplomáticos de la Cancillería al manifestarles, por carta: «Quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad deberán dar un paso al costado«.
Aquel mensaje de Milei a embajadores de carrera tuvo un párrafo hacia Mondino “a fin de solicitarle que arbitre los medios necesarios para transmitir la presente comunicación a la totalidad de los funcionarios y personal de su jurisdicción, así como el personal diplomático y civil del Servicio Exterior de la Nación”.
Milei aseguraba que la Argentina transita un “cambio de época”, y que por ello, el “rumbo interno” impreso en su retórica “debe reflejarse en el plano internacional a través del trabajo de la totalidad del cuerpo diplomático, la participación en los foros internacionales y los organismos multinacionales”.
La insólita presión ejercida por el presidente Milei, nunca expuesta de esta manera ni cuando la Marina tomó la Cancillería, durante la última dictadura, ni cuando, en democracia, La Cámpora, ejerció un duro control ideológico de las relaciones exteriores en nombre del kirchnerismo, es considerada como una “declaración de guerra” del Gobierno a los diplomáticos a los que empezó a considerar como una “casta” difícil de “domar”.
La carta presidencial fue pegada en las puertas de la Secretaría de Culto y Civilización por el funcionario a cargo de ese comisariato ideológico, el libertario Nahuel Sotelo, que desembarcó desde la legislatura bonaerense a la Cancillería. Mondino quedó como ejemplo ahora de las advertencias.
DS