Varios hechos oscuros ocurrieron en los últimos días en la antesala del despido de Diana Mondino como Canciller, una crónica que por cierto estaba anunciada desde hace rato. Y que además se verificaba en la expresión incómoda y angustiada de esta economista que trabajó activamente para la campaña de Javier Milei, pero que, como Ministra, no tenía diálogo alguno con el Presidente. Esto es también el origen de sus numerosos traspiés.
En primer lugar, la Rosada justificó que la despedían por el voto positivo en favor de que se levante el embargo a Cuba, lo que Clarín anticipó en exclusiva. El voto en ONU fue el último acto físico del desplazado embajador Ricardo Lagorio, donde este miércoles debía estar presente su reemplazante, Francisco Tropepi.
Pero de acuerdo a importantes fuentes consultadas, Mondino no actuó sola sino que recibió el aval del Secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, quien actuaba en nombre de la Presidencia y fue puesto en su lugar junto a la abogada Ursula Basset para intervenir a Mondino.
Al tanto del aval por el voto del libertario contra el embargo de EE.UU. a Cuba estaba el nuevo vicecanciller Eduardo Bustamante y a Clarín desde el Gobierno se le informó que se trataba de un voto no a favor o en contra de un país en favor del “libre comercio”.
¿Alguien le hizo una cama a Mondino y justificó una nueva embestida de la Rosada para imponer el terror entre los funcionarios de carrera? El 18 de octubre, el presidente Milei publicó una carta diciendo que el que no estaba de acuerdo con sus ideas de la libertad debía dar “un paso al costado”. Este miércoles la Presidencia publicó un comunicado en el que les anunció que le van a hacer una auditoría a los diplomáticos.
Si en Presidencia y en otros ministerios calificaban a Mondino con palabras insultantes y denigrantes, ella también fue gastando simpatías en su Ministerio, empequeñecido en todo sentido. Mondino fue entregando a todos los suyos, nunca los defendió y al final la expulsaron a ella. Igual, con los modos en los que Los Milei ejercen el poder, tampoco tuvo margen alguno para transmitir los consejos diplomáticos. Este diario sabe que la política argentina asombra y preocupa hasta los aliados que le festejan el costado económico.
La ahora ex canciller estuvo el miércoles activa en Buenos Aires. Incluso estuvo en las oficinas Interpol defendiendo una candidatura argentina y se enteró por los medios de comunicación en su despacho del piso 13 del edificio de Arenales y Esmeralda que Los Milei la habían echado.
El detonante final
Este miércoles llegó el detonante final que eyectó Mondino, a quien le fueron comiendo el ministerio poco a poco: primero Karina Milei se llevó la agencia de inversiones para su secretaría general de la Presidencia. Con esa agencia, la hermana del presidente cuenta con el presupuesto -era la única área de Cancillería que tiene alguna caja “chica”- para hacer viajes que impliquen ferias o misiones comerciales.
Mondino se había quedado por completo sola. Tuvo varios traspiés pero a decir verdad le era muy difícil trabajar a ella y al equipo de diplomáticos apagando los incendios de la Cancillería. Si en su momento tuvo frases polémicas como asociando la homosexualidad a los piojos o volviendo de un viaje a China soltó que los chinos “son todos iguales”, Mondino caía de lo más simpática entre sus pares extranjeros.
Desconocía por completo las reglas de la diplomacia, pero bajó las tensiones con Colombia por los choques de Milei con Gustavo Petro; con Brasil, por los cruces que mantuvo el libertario con Lula. Y con España, por las peleas del presidente con Pedro Sánchez.
Pero en presidencia la humillaron siempre.
Se empezó a cavar su fosa cuando el embajador de Palestina asistió al Centro Islámico y Milei rechazó asistir a la misma actividad. Mondino nunca pudo encontrarlo al teléfono para decirle que jamás los árabes iban aceptar semejante desplante al palestino.
El ahora designado canciller Gerardo Werthein manejaba en realidad la agenda externa. Y a Mondino nunca la subieron al avión con el presidente incluso si vuelo comercial de ella salía a la misma hora que el de los hermanos Milei. Así pasó el tiempo y semana semana se hablaba del desplazamiento de Mondino. El diálogo que en algún momento había tenido con Karina también se había perdido por completo y la hermana del Presidente, junto a Santiago C, quería correrla desde hace rato.
Algo extraño pasó hace unos días. Un comunicado de la Cancillería del 16 de octubre y que este diario vio ese mismo día hacía alusión a la reunión de Mondino con funcionarios del Comité Internacional de la Cruz Roja y hacía alusión correctamente a las Islas Malvinas. Días después, apareció ese mismo comunicado inusualmente editado pero en las páginas del Ministerio de Defensa, con la incorporación de la toponimia de Falklands al mismo.
Si inicialmente pretendieron culpar a Mondino, algo pasó en el camino, tal vez las huellas informáticas. El ministro Luis Petri, que posiblemente nada tenga que ver con el oscuro camino del comunicado de su equipo de prensa, terminó asumiendo la responsabilidad del mismo.
Nadie pagó al momento por este «error». ¿Error o sabotaje por el que en el Gobierno también intentaron culpar a Mondino?