Pax peronista
«¿Por qué estamos peleando, por quién paga la luz en Matheu 130?», razonó un intendente fiel a Axel Kicillof cuando desde el cristinismo le pidieron un apoyo sin miramientos a la candidatura a presidente del PJ de Cristina Elisabet Kirchner.
La lucha intestina peronista suma capítulos segundo a segundo y la bronca del Instituto Patria aún perdura, recordando que en el acto del último 17 de octubre, Axel Kicillof llegó y se retiró de Berisso escoltado por Andrés Larroque: «El Cuervo» es hoy el fetiche de traidor supremo para La Cámpora, al que no le creen ni la emoción que lo llevó al llanto (y al meme) en una reciente evocación del fallecimiento de Néstor Kirchner en la señal «Cenital».
De ese acto en Berisso también molestó al cristinismo la imagen del hoy ministro provincial Gabriel Katopodis encabezando el lote de intendentes que se hicieron presentes, pues ven en ese movimiento una idea de contener a los alcaldes más poderosos en una liga que se referencie en Kicillof, quien hoy cuenta además con el joystick de los recursos provinciales.
«Cristina no le perdona a Axel que no se meta en el chiquero, que haga política para él y no se juegue por ella en la pelea por el Partido»; suelta enfurecido un cristinista que ve al gobernador definitivamente distanciado de CFK y con un silencio que irrita profundamente a su mentora política.
Pero fue Katopodis quien alertó a la gobernación y también ofició de puente con el Patria para sincerar que los avales presentados por Ricardo Quintela no alcanzaban para una lista medianamente prolija. Ahora, la taba está del lado de la jueza eterna María Romilda Servini quien debe definir si suspende o no la elección. Y también qué dice del comportamiento de la Junta Electoral que dejó fuera de carrera a la lista de Quintela por falta de avales, ya que se le cayeron 12.000 de los presentados y no llega así a los 62.000 necesarios.
Ejemplo de las desprolijidades: muchos avales tenían la firma de Wado de Pedro, pues (en el apuro) copiaron la firma de los DNI, pero poniendo la del entonces ministro del Interior, cuyo gancho aparece en los documentos nacionales de identidad. O el de contar con el aparente apoyo de Facundo Tignanelli, ya que la mano derecha de Máximo Kirchner aparecía como aval de la lista de «El Gitano». Desprolijidades…
Una silla codiciada
Respecto del accionar de Servini, los peronistas más memoriosos recuerdan que la jueza intervino una vez el PJ pero cuando lo manejaba José Luis Gioja, que era un ex gobernador, ya que en ese momento mandaba Sergio Uñac en territorio sanjuanino.
Ahora, habrá que ver si la histórica jueza se sube a una disputa con Cristina Kirchner, quien tiene senadores, diputados y sillas en el Consejo de la Magistratura, algo que jamás un juez federal desdeñó. Gajes del oficio…
Otro experimentado en temas judiciales es el apoderado partidario Juan Manuel Olmos, quien buscó incansablemente una lista de unidad, en cuatro conversaciones con el propio Quintela.
Ante la intransigencia del riojano, Olmos propuso: «Yo pongo a disposición lo que sea necesario para la unidad, no tengo ningún problema, incluso mi cargo», le soltó a Quintela. El abogado porteño es hoy el titular de la AGN, la Auditoría General de la Nación, organismo que encabeza siempre el principal partido opositor y cuyo nombre es votado por el partido. De ese modo, Olmos propuso despojarse de esa poltrona, aunque luego debería ser votado y proclamado por la fuerza que hoy precisamente se disputan los justicialistas.
Otro que se acercó a los quintelistas para llegar a un acuerdo de unidad fue Wado de Pedro, quien habló del tema con Jorge Yoma, quien negaba estar «flojo de papeles» en su lista y que terminó mostrándose con el jefe de Gabinete nacional, Guillermo Francos. Esa jugada no ayudó a mostrar que el mileísmo pueda estar desatento de este culebrón peronista. Paz y amor…
Disidentes
Mientras esto sucede en el Partido Justicialista, el cordobés Juan Schiaretti observa el escenario que desató Quintela y agiliza sus contactos con peronistas como Juanchi Zabaleta, Fernando Gray y Julio Zamora, bonaerenses que alientan una lista alternativa a la que pretende encabezar Cristina Kirchner, en alianza con Sergio Tomás Massa.
Por eso, el martes próximo, Schiaretti irá hasta Tigre junto al exministro Aníbal Florencio Randazzo a un evento organizado por Julio Zamora, el intendente de esa localidad que ya se sacó sendas fotos con Facundo Manes, con los díscolos Zabaleta y Gray; y hasta con monseñor Oscar Ojea, hombre del Papa Francisco y el más activo en tender puentes con la política. Recen por mí…
Hola a todos…
Mientras tanto, otro culebrón sucede pero en campamento porteño y del oficialismo. La propuesta del bloque libertario, encabezado por la inquieta Pilar Ramírez, presentó una idea de Ley Bases porteña en la Legislatura local y ardió Troya en la Ciudad.
«Es nuestra agenda, nuestra identidad y no vamos a renunciar a esto que es hacer nuestro laburo», dicen que afirmó Pilar Ramírez luego de que le avisara al jefe de Gabinete local, Néstor Grindetti, de esa presentación.
«¿Qué es eso?», preguntó sorprendido el ex intendente de Lanús, quien elevó el tema a Jorge Macri. El jefe de Gobierno analizó el proyecto con el propio Mauricio Macri. El tema fue delegado por el expresidente a Cristian Ritondo, quien conversa diariamente con Santiago Caputo, más allá de que el hoy jefe del PRO siga sorprendido por el nivel de poder que Milei le otorga a su asesor.
Urgido tras el llamado de Macri, Ritondo conversó con «El Mago del Kremlin»; y se decidió poner calma al impulso libertario de mostrarse con aires de gobernabilidad en tierras del PRO.
Los seguidores de Karina Milei quieren continuar presentando proyectos en la Ciudad y le retrucan al PRO que «cuando propusieron la privatización de Aerolíneas en el Congreso, no le avisaron al Presidente». El impulso libertario -que incluye además un RIGI y un blanqueo para CABA- recibió el apoyo de los tres legisladores porteños de Patricia Bullrich, que son Juan Pablo Arenaza, Marilú González Estevarena y Silvia Imaz. Qué nervios…