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Sin los colectivos, el Gobierno enfrenta un paro de transporte de los sectores más duros: camioneros, trenes, aviones y subtes

El frente sindical empieza a endurecerse para el gobierno de Javier Milei, que elige la confrontación y disfruta de su rebote en las encuestas y de recuperar la centralidad de la agenda con anuncios de nuevos recortes. El paro de 24 horas de la mesa nacional del Transporte interrumpirá la conectividad del país -aviones, barcos, trenes de pasajeros y de carga y camiones no funcionarán- y el jueves la anunciada medida de fuerza de la UTA paralizará el tránsito de colectivos en el AMBA. Los gremialistas más duros amenazan con extender la protesta durante 36 horas.

El 30, además, los trabajadores de la AFIP en pie de guerra tras el anuncio de 3 mil despidos paralizarán la Aduana, los docentes universitarios y docentes bonaerenses también anunciaron que se plegarán al paro de 24 horas y los estatales de ATE comenzaron un paro de 36 horas. Por último, las organizaciones sociales llevarán a cabo 500 cortes con asambleas y ollas populares en todo el país.

Los referentes de la Mesa del Transporte Pablo Moyano (Camioneros), Pablo Biró (Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), Juan Pablo Brey (Aeronavegantes) y Omar Maturano (La Fraternidad) que convocaron al paro muestran su poder de fuerza justo cuando el Gobierno exploraba la inauguración de la dos veces anunciada y postergada mesa tripartita de la CGT con empresarios y mantiene activos gestos con los sectores más dialoguistas de la central obrera.

«No es momento de dialogar con el Gobierno. Hay que confrontar porque no escuchan los reclamos«, sentenció Pablo Moyano, también co-secretrario de la astillada CGT en las últimas horas.

Biró, uno de los sindicalistas más apuntados por el Gobierno por la situación de Aerolíneas, de cuyo directorio fue removido, también apuntó contra las internas en la oposición. «Lejos de preguntar qué hace la CGT deberían estar preguntándose qué hace la política mirándose el ombligo en internas palaciegas, el radicalismo y el peronismo, que parece que parece que vivieran en Narnia«, dijo en declaraciones a El Destape.

Maturano, de La Fraternidad, sugirió que el paro podría extenderse otras 12 horas para hacerlo coincidir con el de colectivos o incrementar las respuestas en las próximas semanas, por sector. «Hay muchas modalidades. Una es hacer paro por sector, hoy paran los trenes, otro día los aviones y pasado paran los puertos. O haremos un paro de 36 horas con movilización (…) El paro va a ser contundente, aun con los colectivos funcionando”, advirtió Maturano en CNN Radio.

Lejos de Moyano, la UTA de Roberto Fernández -que visitó la Casa Rosada después de que se conformara la mesa del Transporte- convocó a un paro de colectivos en toda el área metropolitana de Buenos Aires para presionar a las empresas que no ofrecen reabrir la paritaria.

En el gremio de Fernández conceden que el Gobierno efectivizó mayores aportes para los meses de agosto, septiembre y octubre del presente año en orden a los $ 17.877.000.000, «pese a lo cual las empresas no han ofrecido ningún aumento salarial».

En el Gobierno apuestan en privado a desescalar y a acercar posiciones en la víspera misma de la medida de fuerza, justo cuando vence la conciliación obligatoria.

En público juzgan más redituable la confrontación. «Los que paran son privilegiados, los que pueden darse el lujo de parar, porque los argentinos de bien no tenemos esa posibilidad y además no queremos parar», consignó el vocero Manuel Adorni en su habitual conferencia de prensa.

Milei, que replicó los mensajes del portavoz en sus redes, estará este miércoles lejos del ruido de la Plaza de Mayo, en un auditorio más amable. Tiene previsto brindar un discurso en la Fundación Meditarránea que preside el ex titular de la ANSES Osvaldo Giordano, expulsado del Gobierno después de que su esposa, la diputada Alejandra Torres, votara en contra de algunos artículos de la Ley Bases. La legisladora cordobesa -que responde al gobernador Martín Llaryora- estuvo ausente -un detalle que capitalizó el oficialismo- en la sesión convocada para voltear el veto a los fondos universitarios por estar enferma de Covid-19.

El Gobierno recibió un alerta amarilla la semana pasada cuando el Frente de Gremios Estatales (FGE), con el mayoritario y casi siempre acuerditsta UPCN a la cabeza, se declaró en alerta de movilización tras los despidos en AFIP, la tensión con Aerolíneas, docentes universitarios y el anuncio de nuevas resoluciones para acelerar las jubilaciones en el Estado, una iniciativa que -en rigor- ya existía.

A pesar del ruido, el Gobierno se prepara para sellar el jueves el último acuerdo paritario del año con los estatales en la secretaría de Trabajo que conduce Julio Cordero. Los estatales recibirían un aumento del dos por ciento para noviembre y del uno para diciembre. También recibirían un bono de fin de año por única vez. «Nos convocaron para el jueves a las 13 horas. Es miserable el 1% de octubre y creemos que se prepara otra traición. Bastaron solo 10 meses para destruir todos los salarios en el sector público. Parece que la reforma del Estado no era para beneficiar a la gente, era para llenar los bolsillos de los jefes empresarios del Presidente», dijo Rodofo Aguiar, de ATE.

Según las mismas encuestadoras -como Aresco y Poliarquía, entre otras- que habían registrado una baja en la imagen de la gestión del Ejecutivo, en el último trimestre recuperó los puntos que había perdido en la consideración de la gente.

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