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Murió Alfredo Pérez, último sobreviviente de la primera expedición argentina al Polo Sur

El sargento Alfredo Pérez, único sobreviviente de la Operación 90, la primera expedición argentina al Polo Sur, murió a los 90 años tras dejar su legado en aquella histórica misión que permitió recabar datos científicos sobre la zona antártica.

La hazaña fue completada el 10 de diciembre de 1965 por una decena de soldados encabezados por el coronel Jorge Edgard Leal. La misión fue bautizada como «Operación 90» por los 90 grados sur de la latitud que tiene el Polo Sur. Pérez era hasta el momento el único sobreviviente de aquella aventura y fue el propio Ministerio de Defensa el que confirmó su muerte.

«Lamentamos el fallecimiento del Sargento Ayudante Alfredo Pérez, último sobreviviente de la Operación 90, la primera expedición argentina al Polo Sur por tierra. Que en paz descanse. Su legado vive entre los héroes antárticos», expresó el Ministerio conducido por Luis Petri.

Lamentamos el fallecimiento del Sargento Ayudante Alfredo Pérez, último sobreviviente de la Operación 90, la primera expedición argentina al Polo Sur por tierra. Que en paz descanse. Su legado vive entre los héroes antárticos. pic.twitter.com/a6lx0LxHag

— Ministerio Defensa (@MinDefensa_Ar) October 27, 2024

El principal objetivo de la patrulla argentina era explorar y marcar una ruta segura para los vehículos snowcat. Buscaban evitar que cayeran en grietas de la barrera de hielo traspasando lo que denominaban la Gran Grieta.

Luego de 45 días de marcha, tras realizar el último tramo sin dormir durante 28 horas, a las 10 de la mañana del 10 de diciembre de 1965 los expedicionarios arribaron al polo sur donde plantaron la bandera de la Argentina.

Los expedicionarios que alcanzaron el Polo Sur fueron el coronel Jorge Edgard Leal, el capitán Gustavo Adolfo Giró Tapper, el suboficial principal Ricardo Bautista Ceppi, los sargento ayudante Julio César Ortiz y Alfredo Florencio Pérez, los sargento primero Jorge Raúl Rodríguez, Roberto Humberto Carrión, Adolfo Oscar Moreno y Domingo Zacarías, y el cabo Oscar Ramón Alfonso.

El recuerdo de Alfredo Pérez de la aventura por la Antártida

“Como acontecimiento nacional la llegada al Polo Sur fue muy importante porque se buscaba ser soberano de la Quiaca al polo mismo. Y haber llegado fue un esfuerzo tremendo y por eso es un hito de la historia nacional. Esa es mi satisfacción, haber emprendido semejante locura y que haya salido todo bien”, dijo Pérez al recordar la aventura.

Y agregó: «Fuimos cuatro los técnicos mecánicos, los sargentos Ricardo Ceppi, Julio Ortiz, Jorge Rodríguez y yo, los responsables de que todos los vehículos funcionara bien. Yo era un buen soldador de autógena y entonces me tenía que lucir con las espátulas de los trineos. Teníamos una carpa taller, poníamos un calefactor para dar un poco de temperatura y ahí desarmábamos los trineos y teníamos que soldar las chapas de las espátulas que se rompían porque el piso era muy duro. Una vez me dice Ceppi que un vehículo había roto la plataforma de giro y no teníamos el repuesto. Con una máquina de agujerear manual hicimos dos agujeros de siete milímetros, pero el agujero original debía ser de 11 milímetros y la maquina no era para esa medida».

La Operación 90, la primera expedición terrestre argentina al llegar al Polo Sur.La Operación 90, la primera expedición terrestre argentina al llegar al Polo Sur.

«Entonces con un cricket clavamos una mecha de 12 milímetros y después con una pinza de fuerza fuimos girando a mano hasta que completamos el agujero y pusimos dos tornillos con la base. Nunca más se rompió. Una locura linda. Puro ingenio argentino», sostuvo.

El sargento indicó que lo más difícil de la expedición fue cuando alcanzaron los 1.500 metros de altura. «En un momento se terminó la nieve y empezó el hielo de un enorme glaciar donde tuvimos que recorrer alrededor de 20 kilómetros en una superficie muy difícil por lo dura y resbaladiza. No teníamos experiencia de andar en el hielo con trineos y tampoco con vehículos snow-cat. De los 25 trineos que iniciaron el viaje llegaron solo 5. Se rompieron por la dureza del hielo. No estaban hechos para esa superficie. Fue un momento muy angustioso porque si no podíamos llevar el combustible que teníamos debíamos volvernos», dijo.

Luego de media hora se presentó el operador de radar de la Base Amundsen-Scott de los Estados Unidos, ubicada a 3.000 msnm en el polo sur, que los había detectado en el radar. Como la expedición fue realizada en secreto y los expedicionarios tenían ropa de color naranja casi rojo, el operador les preguntó quiénes eran y qué hacían allí, pensando que podían ser de la Unión Soviética.

Después de ser agasajados por los estadounidenses, los expedicionarios argentinos regresaron a la Base Belgrano el 31 de diciembre, tras recorrer 2.980 km.

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