Con la idea de reforzar el vínculo y garantizarse más apoyo en el Congreso, Javier Milei convocó a una cena en la Quinta de Olivos a los gobernadores de provincias del Norte que lo ayudaron a convalidar el veto al Financiamiento Universitario y a los que va a necesitar para aprobar las dos grandes iniciativas que se propone en el corto plazo, el Presupuesto 2025 y la Ley de Hojarasca.
En el Quincho de Olivos y finalmente con asado de por medio, en un formato similar al de la parrillada que Milei ofreció a los “87 héroes” que lo acompañaron en el rechazo a la reforma jubilatoria, este lunes a la noche estarán en la residencia presidencial los gobernadores Gustavo Sáenz (Salta), Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Hugo Passalacqua (Misiones), cuyos diputados fueron clave para que el oficialismo consiguiera los votos para bloquear el intento de la oposición de sumar los dos tercios y rechazar el veto.
A pedido de Milei, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, extendió la convocatoria la semana pasada. Fue tras la cumbre que estos gobernadores, con excepción de Passalacqua, mantuvieron en el Palacio de Hacienda con el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo.
La idea de una reunión del Presidente con los mandatarios se había barajado durante las negociaciones que encaró el Gobierno en la previa a la sesión del 9 de octubre en la que la oposición buscó torcerle el brazo por el financiamiento educativo; pero desde ambas partes coincidieron en la conveniencia de postergarlo para apagar las especulaciones que se tejieron.
En especial por los señalamientos que hizo Cristina Kirchner contra los gobernadores peronistas a los que acusó de realizar un «verdadero transfuguismo político»,
Apuntó, en particular, contra el tucumano Jaldo y el catamarqueño Jalil. Del primero recordó la ayuda que había prestado al veto al aumento jubilatorio y le sumó reproches por los tres votos de los diputados que engrosaron los 84 afirmativos que se anotó el oficialismo en el debate por las universidades.
A Jalil le adjudicó la decisión de la diputada Fernanda Ávila, ex secretaria de Minería durante el gobierno de Alberto Fernández, de quedarse en su despacho y no bajar el recinto, lo que le quitó chances al bloque de Unión por la Patria.
Sáenz también aportó una sorpresiva ausencia, mientras que Hugo Passalacqua, a instancias del líder del Frente Renovador de la Concordia, Carlos Rovira, dispuso la abstención de sus cuatro diputados.
“Nosotros no somos héroes y no hay nada para festejar. Soy ferviente defensor de la universidad pública”, buscó diferenciar Sáenz a este encuentro de aquel asado con diputados que encabezó Milei.
Más allá de los agradecimientos, el Gobierno buscará reforzar el trabajo con los mandatarios, que acercarán propuestas a la mesa.
“La idea es contarle al Presidente el tema del RIGI y cómo cayó en la gira por Europa, las inversiones que conseguimos y (decirle) que hay que apurarse con algunas cuestiones provinciales o nacionales”, precisó en diálogo con Radio Mitre.
También, anticipó que en el debate por el financiamiento educativo buscan un cambio de paradigma ya que “las universidades del Interior tienen presupuestos paupérrimos y mínimos” mucho “más bajos que las del centro del país” cuando su rol es clave porque “realmente son una salida para la gente que no tiene donde estudiar”. Una idea que puede prosperar.
Es que el Gobierno ya aclaró que, con excepción del 60 por ciento que es el gasto previsto en jubilaciones y prestaciones sociales, sobre el resto del Presupuesto Milei está abierto a cambios, siempre que cualquier nuevo gasto esté compensado con un recorte en otra área.
Además, el reclamo por las obras atraviesa a todas las provincias y estará en la mesa de discusión.
Junto al Presidente y Francos, del lado del Gobierno se sentarán en la mesa la secretaria general de Presidencia, Karina Milei, quien regresó este domingo de su gira por Francia, y el asesor todoterreno Santiago Caputo.
No estará el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem.
El ex candidato a gobernador de La Rioja hace cuentas junto a su primo Eduardo “Lule” Menem para juntar el número para aprobar el Presupuesto y la Ley de Hojarasca, enviada por el Gobierno la semana pasada, que pretende dejar sin efecto unas 70 leyes que la Casa Rosada considera “obsoletas”.
Milei, en tanto, sumó en las últimas horas un nuevo desafío a la oposición: como anticipó Clarín, anunció que, en caso de que se apruebe la reforma a la Ley 26.122 de DNU, vetará el proyecto. Y, en consecuencia, necesitará una vez más de un tercio de los diputados para sostenerlo.