El paso al costado de Alberto Fernández de la Presidencia del PJ Nacional es la historia de otro fracaso, el último en la serie de traspiés que sufrió durante su gestión como presidente y como autoridad -devaluada, es cierto- del Partido Justicialista.
Fernández intentó resistir, pero no tuvo opción. «Los muchachos tuvieron que ir a convencerlo de que pidiera licencia. Costó, pero se pudo». Así resumen referentes del peronismo el detrás de escena de cómo fue la salida acordada con el ex presidente, quien pretendía que Máximo Kirchner también diera un paso al costado, en su caso del PJ Bonaerense. Ni lo escucharon.
La idea, cuentan, era que Alberto Fernández pidiera licencia sin hacer «ruido ni quilombo». Hasta ahora, lo lograron.
Sin una conducción clara y con la interna aún bastante apaciguada, en el peronismo existe consenso entre todas las tribus en que Alberto Fernández debía dejar ya la presidencia del PJ.
Entienden que el ex jefe de Estado es un lastre y que necesitan arrancar lo antes posible con la reorganización del partido de cara a dos objetivos: alinear los bloques de Diputados y el Senado con la conducción política partidaria y prepararse de cara a la elección de medio término del año que viene y la presidencial de 2027.
El plan de vuelo en el peronismo es convocar a un congreso partidario el próximo viernes 22 y ahí aceptar formalmente el pedido de licencia de Alberto Fernández. Se organizará además una Comisión de Acción Política (CAP),
La idea, dicen, es que sea muy abierta, que puedan estar representados todos los sectores, incluso los que hoy se mueven fuera del PJ.
¿Qué hará Sergio Massa? ¿Y el cordobés Martín Llaryora? ¿Cómo interpretar la reunión de este miércoles de Miguel Pichetto con Gildo Insfrán, titular justamente del Congreso Nacional del PJ? ¿Tendrán lugar Guillermo Moreno y Juan Manuel Urtubey?
Los que sí estarán seguro en la CAP serán los jefes de las bancadas parlamentarias del peronismo.
Para octubre o noviembre se convocaría a una elección partidaria (dicen que tiene que ser sí o sí este año porque en 2025 hay elecciones legislativas y para esa altura la interna tiene que estar resuelta). En su historia, el Partido Justicialista tuvo una única interna nacional, la de 1988 entre Carlos Menem y Antonio Cafiero.
Anotado públicamente en la carrera para presidir el partido aún no hay nadie, pero en el tablero tampoco aparecen muchas opciones: se habla de Axel Kicillof, del formoseño Insfrán, del riojano Ricardo Quintela e, incluso, del derrotado Jorge Capitanich. Y también de Sergio Massa.
El gobernador de Formosa le propuso directamente el mes pasado a Massa que regrese al PJ. Le planteó, es más, que vaya por la presidencia del partido.
En La Plata dicen que Kicillof no tiene aspiraciones, pero en el PJ no le creen. No es que el puesto sea demasiado relevante sino que da proyección. Y el gobernador bonaerense no tiene reelección en 2027.
De la reunión en la sede del Partido Justicialista participaron Insfrán, Kicillof, el ex gobernador y actual senador por Tucumán Juan Manzur, la senadora catamarqueña Lucía Corpacci, la bonaerense Cristina Álvarez Rodríguez, el sanjuanino José Luis Gioja, el albertista Santiago Cafiero y el campista Eduardo Wado de Pedro, lo que indica el OK de Cristina Kirchner.
Cumbre de los mandatarios
Antes de la reunión en el PJ, Kicillof, Insfrán y otros gobernadores peronistas se reunieron en secreto.
Hablaron con preocupación de cómo cayó la recaudación tributaria, de que los recursos que les coparticipa Nación disminuyeron 20% y de la parálisis en la obra pública y del impacto que ésto tiene en sus territorios.
También evaluaron otra vez la posibilidad de impulsar en el Congreso una ley para coparticipar parte del impuesto al cheque.
Y discutieron estrategias. Se charló, por ejemplo, de demandar a la Nación ante la Corte Suprema de Justicia por los recortes en el Fondo de Incentivo Docente (FONID).
También se habló del mega del DNU de Javier Milei. En principio, los senadores peronistas se proponen rechazarlo en el Senado la semana que viene, posiblemente el jueves 14. La bancada del Frente de Todos suma 33 senadores (se necesitan 37 para el quórum), pero ya hubo otros 9 senadores de otros bloques que se pronunciaron en contra del DNU.
Pero con sus cuentas públicas debilitadas, entre los gobernadores peronistas temen que la Casa Rosada logre romper la unidad que hoy muestran. ¿Podría, por ejemplo, enfermarse inesperadamente un senador? Eso es lo que buscan abortar.
La lectura del lado de las provincias peronistas es que la convocatoria a los gobernadores que hicieron el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y del ministro del Interior, Guillermo Francos, para este viernes en realidad es un intento de ganar tiempo para que no se vote en contra del DNU.