“Claro que estoy dispuesto a una fusión con el PRO”. En esos términos y en la intimidad de una gira en la que, por la diferencia horaria lleva durmiendo pocas horas, el presidente Javier Milei no dudó mientras veía el recorte de un video en el que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, durante una entrevista con LN+ hablaba de la posibilidad de “una fusión” con el PRO.
Milei retuiteó ese video antes de embarcarse en el vuelo LY-383 de Israel Airlines que lo trajo a Italia, donde mantendrá un encuentro con su par italiano, Sergio Mattarella, y la bilateral con Giorgia Meloni, la primera ministra ultraderechista que días atrás resaltó su “personalidad fascinante” y le atribuyó “una pasión extraordinaria”.
Aunque en las próximas horas estará abocado también a lo que será su audiencia del lunes con el Papa Francisco, a partir del próximo martes, cuando regrese a Buenos Aires, Milei se enfocará en su intención de concretar “una fusión con el PRO”, con el objetivo de dotar de mayor fortaleza a su administración a partir de la apertura de sesiones ordinarias.
En ese sentido, el jefe de Estado admite la importancia de que las conversaciones que prevé tener con Mauricio Macri lleguen a buen puerto antes del 1 de marzo: “Sería muy bueno que se organice un interbloque entre La Libertad Avanza y el PRO para arrancar en ordinarias con una fuerza distinta”, fue el mensaje que transmitió. Su tropa ya está advertida y según el mandatario se trata de un proceso natural, en el que “casi no hay ninguna diferencia ideológica importante”.
“Es lo que decía durante la campaña y que le molestaba a algunos. Somos nosotros y los halcones del PRO y el radicalismo, sin las palomitas”, expuso -según pudo saber Clarín- en un intercambio que mantuvo en el avión, antes de reclinar el asiento 1C y aprovechar para dormir un rato en el quinto día fuera de la Argentina.
¿Por qué ahora la fusión y no cuando asumió el 10 de diciembre?, preguntó este diario a ese interlocutor, que explicó que Milei entiende que el rechazo de la ley ómnibus le abrió una oportunidad de dividir las aguas de forma clara ante la gente. “Quedó claro que de un lado están las ideas de la libertad y del otro las de la casta”, como decía en la campaña.
Por otro lado, dicen que considera que dos meses después ya quedó demostrado que el que gobierna es él y que las referencias a un “segundo tiempo” de Macri no tienen asidero.
No obstante, les anticipó a los suyos que el acuerdo va a redundar en gestos de generosidad con sus aliados. “Dijo que no es de los que quieren los lugares solo para él, que va a abrir los brazos a todos los dirigentes que aporten ideas en favor de la libertad”, precisó la fuente inobjetable.
Milei suele resaltar el vínculo “en profundidad” que tiene con Macri y, aunque admite que los detalles serán producto de “conversaciones pendientes que tiene” con el ex mandatario, confía en que “está todo dado” para alcanzar un entendimiento con el PRO. Sobre ese punto, funcionarios de la comitiva hacen una salvedad que consideran “no menor”: “El acuerdo es con Macri y con Bullrich, Javier no quiere quedar en el medio de la discusión partidaria que tienen ellos”.
En caso de avanzar en una fusión, un eventual interbloque de La Libertad Avanza sumaría al menos de 75 diputados, pero en el Gobierno se entusiasman con la idea de que eso puede generar un efecto contagio con algunos radicales con perfil más duro y quieran saltar. Descartan, en ese contexto, a quienes se alinean detrás del presidente del partido, Martín Lousteau, y también a los legisladores de la Coalición Cívica, de Elisa Carrió.
“Con ese número se simplificaría sacar una ley: no es lo mismo que empezar a hablar con 38 diputados”, dicen en el oficialismo.
Tal es la intención de Milei de llegar a un acuerdo con Macri que hasta se anima a probar nombres para ese eventual interbloque. El último que se le escuchó fue: “La Libertad Avanza PRO”.