Durante miles de años, la cúrcuma se consideró por los habitantes del Sudeste Asiático y de Centroamérica como una raíz poderosa, capaz de sanar algunos males del organismo, como la inflamación y la afección por bacterias. En la actualidad, su uso se expandió a todo el mundo y muchos especialistas la recomiendan para sumarla en la dieta diaria, sin embargo, el exceso podría generar un efecto contrario.
La cúrcuma debe su popularidad al curry y si bien siempre se la empleó como condimento picante en la cocina, también cuenta con propiedades cicatrizantes y hasta anticancerígenas, sin embargo, en esto último, no existen datos que prueben su efectividad.
Esta raíz tiene su origen en la India y pertenece a la familia del jengibre. Del tallo subterráneo de dicha planta se extrae su polvo gracias a su gran contenido de curcumina, sustancia que la dota de su distintivo color amarillo y que cuenta con un mayor nivel de propiedades benéficas. A este tipo de polifenol se le atribuyen características antioxidantes, antivirales y antisépticas.
El nombre de cúrcuma deriva del árabe kurkum y gracias al color de su polvo también se le conoce como el azafrán asiático. Además, la planta es baja en calorías, grasas y con una alta cantidad de hidratos de carbono.
En la actualidad, la cúrcuma se consume en cápsula, tableta, extracto, polvo o como suplemento alimenticio, aunque muchos coinciden en que la mejor manera de aprovechar sus propiedades es con un té o jugo, al igual que otras hierbas o plantas que se consideran medicinales. Cabe destacar que, antes de sumarla a la dieta, es clave consultar al médico de cabecera.
A pesar de las garantías que la población le adjudica, según afirmó el medio español La Vanguardia, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) realizó diferentes estudios sobre este componente y de momento no confirmó que sea bueno o malo para el cuerpo humano.
Según indica, como la curcumina es hidrosoluble -que el torrente sanguíneo no logra absorberlo – y solo compone un 5% de la cúrcuma, quienes adoptaron su consumo por una cuestión de salud y de forma preventorio consumen suplementos para intentar tratar dolencias, entre ellas la artritis y la colitis ulcerosa. Es por eso que se volvió tan requerida y se puso de moda en Occidente.
Según explicó el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, la curcumina se ingiere en suplementos alimenticios por vía oral, que además puede procesarse y convertirse en una pasta para tratar afecciones en la piel.
¿Es beneficioso el uso de la cúrcuma para sanar enfermedades en el cuerpo humano?
Desde el centro de investigación estadounidense, remarcaron que en la actualidad se llevan a cabo diferentes estudios para comprobar si realmente su uso es adecuado para tratar ciertos tipos de cáncer como “el cáncer colorrectal, el cáncer de boca y el cáncer de hígado”. No obstante, indicaron que “no hay suficiente evidencia para saber si los productos de curcumina sirven para prevenir” o tratar esta enfermedad.
Además, desde EFSA advirtieron que es peligroso ingerir más de 210 mg por día en adultos de 70 kg o más, tanto en infusiones, pastillas o suplemento. Esto se debe a que los fabricantes de medicamentos no especifican el nivel de curcumina en la tableta y la mezcla con otros componentes. Incluso, existen medicamentos que ya cuentan con este polifenol, por lo que generaría un exceso en el consumo.
El beneficio de tomar cúrcuma con jugo de limón ayuda a desinflamar el estómago a la hora de despertar, otorgando la sensación de ligereza durante el resto del día. Hay quienes consideran que puede ayudar a bajar de peso, pero no hay suficiente evidencia científica al respecto. Lo que la cúrcuma y el limón sí hacen por la salud digestiva, es disminuir la presencia de gas y algunos síntomas del síndrome del intestino irritable, como las náuseas o sensación de vómito.
LA NACION