Desde el fin de semana pasado se demostró que, desde enero de 2024 a hoy, nunca dejaron de intervenir en la parte monetaria y cambiaria, tanto desde el BCRA como desde el FGS de la ANSES, perdiendo muchos dólares necesarios para que la economía de nuestro país se ponga en funcionamiento y no decaiga en los indicadores más notables, como lo son el consumo, la producción, la desocupación, la pobreza y la indigencia. Estos deben analizarse realmente contra el mismo indicador del año anterior y/o los últimos dos años previos del mismo organismo que los genera, para tener la misma forma de medición.
En los últimos meses, incluso el único dato estadístico favorable al Gobierno comenzó a mostrar tendencia alcista: el índice de precios al consumidor del INDEC. Desde mayo de 2025 hasta hoy se registró una escalera de aumentos: 1,5% en mayo, 1,6% en junio y 1,9% en julio. Se prevé que el dato de agosto, que se publicará el 10 de septiembre, supere el 2,1/2,2%, como consecuencia de listas de precios con aumentos de entre 7% y 9% a principios de ese mes. Estos valores ya se reflejaron en los índices de Córdoba y La Plata.
En lo monetario y cambiario, a las tres horas de la publicación de Semanas cada vez más rápidas, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, terminó blanqueando la intervención con fondos en dólares del Tesoro Nacional, supuestamente reservados para el cumplimiento de obligaciones. Se habrían utilizado unos USD 1.400 millones, de los cuales cerca de USD 600 millones se intervinieron en apenas cuatro días, siendo el viernes el más fuerte, con USD 285 millones. Ese mismo día se consumió casi la mitad de toda la semana, sin lograr contener el tipo de cambio: todos los dólares cerraron al alza.
Esto refleja que el ruido político que el propio Gobierno incorpora con escándalos de corrupción —a partir de la denuncia de un funcionario del área de Discapacidad cercano al Presidente— genera repercusiones geopolíticas. Como consecuencia, una delegación encabezada por el titular de la AFIP no fue recibida en Estados Unidos y se paralizó el proceso del programa Visa Waiver.
Entre jueves y viernes, las reservas del BCRA cayeron USD 323 millones sin pagos relevantes. El FGS, desde el 14 de abril hasta hoy, intervino por más de USD 9.500 millones en bonos de la deuda 2030, originada en la reestructuración de 2020 que implicó una quita del 47% del capital e intereses sobre los USD 135.000 millones tomados entre 2016 y 2018 por el tándem Sturzenegger–Caputo, reactivado desde diciembre de 2023. Este monto no incluye los USD 45.000 millones del préstamo con el FMI entre mayo y agosto de 2018.
A esto se sumó el rechazo legislativo al veto presidencial sobre la Ley de Emergencia Nacional en Discapacidad. Esa norma representa un gasto de apenas USD 18 millones al año, mientras que el escándalo de corrupción en el área rondaría los USD 10 millones sustraídos indebidamente.
En paralelo, el mercado de dólares cripto —que solía ser el único casi sin intervención, aunque ahora también está bajo investigación por la causa Libra— cerró el viernes entre $1.379 y $1.406, y el sábado por la noche cotizaba entre $1.394 y $1.414. La suba se atribuye a la expectativa de una derrota oficialista en la provincia de Buenos Aires, lo que implicaría el cese de intervenciones cambiarias, con impacto directo en el bolsillo de la población.
Por lo tanto, si se desata una estampida cambiaria desde las 22 horas del domingo 7 de septiembre, la responsabilidad no será de quien gane la elección, sino de quien pierda. El mercado argentino solo aceptaría hoy una derrota de menos de 5 puntos; en 2019 ya había advertido que el límite era de 2 puntos, pero la diferencia terminó siendo de 18.
Fabián Medina es analista económico y tributarista