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jueves, 4 septiembre, 2025
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Milei tensa al máximo el clima político en el cierre de campaña: el plan y los cálculos que hacen en LLA

En medio del shock por el escándalo de los audios, el presidente Javier Milei decidió escalar el clima de tensión en el cierre de la campaña de La Libertad Avanza para las elecciones del domingo en la provincia de Buenos Aires al elegir un lugar poco recomendable del partido bonaerense de Moreno a pesar de las advertencias sobre la seguridad, pero con el claro fin de exacerbar la puja con el kirchnerismo como lo exhibió luego durante su discurso ante los militantes.

«Para ellos se trata de poder y si se tienen que cargar personas no les importa, acuérdense que se cargaron al fiscal Nisman», lanzó Milei en el tramo más fuerte de su cierre de la campaña, al tiempo que calificó como «opereta inmunda» la filtración de los audios sobre presuntas coimas y los señalamientos su hermana, Karina Milei. A eso le sumó un contundente llamado para «ir a votar» el domingo y aseguró que hay una «situación de empate técnico», a la vez que empezó a agitar el fantasma del fraude.

Todo ese combo forma parte de la misma estrategia que llevó a Milei a elegir el Club Villa Ángela, en el barrio Trujui de Moreno, distrito gobernado por la camporista Mariel Fernández, a pesar de que el Ministerio de Seguridad de la Provincia advirtió que no podía «garantizar» que «no haya agresiones».

Esa frase encendió la polémica y fue acompañada por un informe de esa cartera bonaerense a Casa Militar, que se encarga de la seguridad presidencial, para advertir que el lugar -con un único acceso, rodeado por calles de tierra, algunas de ellas anegadas, entre otros inconvenientes- no estaba en condiciones para un acto así. Sin embargo, esto llevó a que Milei y la plana mayor de LLA redoblaran la apuesta.

Además de sembrar el temor a un atentado, por el cual responsabilizarían a Kicillof, el Gobierno nacional mantuvo la decisión de ir a ese club de Moreno y además programaron el discurso del Presidente para cuando ya fuera de noche. El gobierno bonaerense no dudó en calificarlo como una «provocación» deliberada, en busca de desmanes.

Según pudo constatar iProfesional, la decisión de la Rosada de avanzar con el acto en Moreno así como el enfoque del discurso de Milei forma parte de la estrategia de LLA para complicar al peronismo como sea en los últimos días antes de una elección que efectivamente creen que está muy reñida, pero que les demanda salir de la crisis que abrieron las filtraciones de los audios.

La estrategia de Javier Milei detrás de la tensión por el cierre de la campaña electoral en Buenos Aires

«El acto se hace ahí. Esa es la provincia que Kicillof no quiere mostrar», confirmó a este medio una fuente con despacho en Casa Rosada, en momentos en que el gobierno bonaerense remarcaba públicamente que la seguridad presidencial es una responsabilidad de Casa Militar y el Ministerio de Seguridad nacional de Patricia Bullrich y empezaba a escalar la polémica y la tensión.

En efecto, las imágenes aéreas del Club Villa Ángela y del barrio que recorrieron las cámaras de todos los canales de televisión exhibieron un lugar muy precario: la infraestructura de la sede elegida, las calles de tierra o rellenadas con piedras donde es difícil transitar, escombros y viviendas muy humildes conformaron la postal que buscó Milei para reforzar su campaña contra el kirchnerismo.

Ocurre que La Libertad Avanza necesita volver a sacar lustre a su eslogan «kirchnerismo nunca más» de cara al domingo porque el escándalo por los audios de Diego Spagnuolo sobre presuntos cobros de coimas y los señalamientos hacia Karina Milei, alter ego del Presidente, pegó fuerte en su campaña y amenazó las chances del oficialismo en una provincia ya de por sí difícil.

Los operadores políticos de LLA reconocen por lo bajo que les será difícil ganar en el bastión del peronismo y apuntan, de mínima, a perder por la menor diferencia posible. En ese marco, considerarían un triunfo si pierden por entre 1 y 4 puntos con Fuerza Patria, según confirmó a iProfesional una fuente del oficialismo al tanto del armado electoral.

El discurso temerario de Milei: ¿qué están calculando en el oficialismo?

Esa idea se apoya en la hipótesis de que el panorama será distinto para las elecciones nacionales del 26 de octubre, que es la que realmente le importa al Gobierno porque será la que renueve el Congreso. Al cambiar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, LLA espera sumar las bancas necesarias para bloquear con más eficacia a la oposición.

En los cálculos del oficialismo, el 26 de octubre irá más gente a votar que en las legislativas provinciales de este domingo y la opción será entre apoyar a Milei o a la oposición (con el kirchnerismo a la cabeza) y esa polarización les jugaría a favor, incluso en la provincia de Buenos Aires. Siempre y cuando el 7 de septiembre, si pierden, sea por poco.

Pero para eso, el Gobierno también necesita extremar esa división, a la vez que saltear el escándalo de los audios. Al señalar las filtraciones como parte de una «operación» política que busca «desestabilizar» a su gestión, Milei intentó ser un primer paso en ese sentido y con el acto de cierre de campaña en Moreno buscó en la misma dirección, pero a fondo.

Durante el acto, luego de defender a su hermana de lo que llamó «injurias y operetas que vomitan desde los rincones más oscuros de la política», Milei señaló que, además, «cuando uno está limpio proceden a la intimidación física» afirmó que días atrás en Lomas de Zamora le «tiraron un adoquín» y «podrían haber matado a cualquiera.

«Pero esto para ellos se trata de poder y si se tienen que cargar personas no les importa, acuérdense que se cargaron al fiscal Nisman», lanzó el Presidente, entre críticas a la gestión del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, al que volvió a llamar «enano soviético».

¿Empate técnico?: el contundente llamado a votar y el fantasma del fraude, en la estrategia de LLA

La clave del tono extremo del discurso se encuentra precisamente en los cálculos electorales que hacen en LLA y que Milei no temió sincerar. «Estamos en situación de empate técnico», aseguró. Además, sostuvo que «el día de la elección van a renovar las prácticas mafiosas que los caracterizan».

Esto le sirvió para agitar la idea de un posible «fraude» en una elección que, por primera vez, está a cargo exclusivamente de la gestión de Kicillof, pero además intentó prevenir un ausentismo que pueda perjudicar a LLA. Es un temor que corre en el oficialismo desde que estalló el escándalo. Por eso insistió varias veces en que «vayan a votar».

Todo forma parte de la misma hoja de ruta camino al domingo próximo. Las frases más provocativas de Milei se sumaron a las que lanzaron en la previa del acto en Moreno el jefe de campaña de LLA en la Provincia, Sebastián Pareja (alfil de Karina Milei), y también la ministra Bullrich.

Ambos acusaron directamente a Kicillof de desentenderse de la seguridad, generar una «zona liberada» y llegaron a agitar el fantasma de un «atentado» contra el Presidente, ambos en los más duros términos. Pareja calificó al gobernador como «pichón de Stalin» y Bullrich lo acusó de «inútil» con una conducta «extorsiva y mafiosa».

Sin embargo, nadie fue más lejos que el propio Milei: «El kirchnerismo y sus aliados están aplicando lo que se llama la estrategia de (Hernán) Cortés, que es la de quemar las naves: es a todo o nada. Y eso implica desde tratar de destruir el programa económico desde el Congreso, hacer manifestaciones violentas en la calle o intentar matarme», lanzó el Presidente.

La temeraria frase fue pronunciada en una entrevista con el periodista francés Loius Sarkozy que se realizó el viernes pasado, pero tuvo amplia difusión este jueves, en medio del clima de máxima tensión que se generó en torno al acto de Milei en Moreno.

La respuesta y la preocupación del gobierno de Kicillof, en una campaña extrema  

Kicillof reaccionó a las graves acusaciones que le envió el Gobierno nacional y alarmado por la situación general. Más allá de la táctica de campaña de mostrar el peor costado de la gestión provincial, lo que generó preocupación en la Provincia fue el tema de la seguridad presidencial y la posibilidad de incidentes durante el acto.

Según supo este medio, se previó que el propio ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, que activó la polémica al advertir que no podría garantizar que no hubiera agresiones a la comitiva presidencial, asistiera al lugar elegido por Milei para seguir de cerca el operativo de seguridad. También habrían existido algunos contactos por la tarde con la cartera de Bullrich, para tratar de coordinar.

En cualquier caso, la situación obligó a Kicillof a salir al cruce del Gobierno nacional y también a tratar de prevenir desmanes. El gobernador pidió a los vecinos que «no se acerquen» al evento y agregó: «Hay miles de razones para querer expresar enojo a un Presidente que no hizo nada por Moreno. Pero el verdadero modo de expresar ese enojo no es con gritos ni con piedras: es con votos el domingo».

El mandatario recordó el episodio de las pedradas a la caravana de Milei en Lomas de Zamora y deslizó la sospecha de que fue «organizada para provocar, con una sospechosa desprotección del propio Presidente». En ese sentido, subrayó que «la propia ministra Bullrich» reconoció que la Policía Bonaerese actuó «con responsabilidad en ese episodio». Buscó así trazar un paralelismo con el acto de Moreno.

A pesar de esas acusaciones y de las sospechas sobre una provocación deliberada de La Libertad Avanza al realizar el acto de cierre de campaña en ese lugar de Moreno, el presidente Javier Milei y su equipo decidieron avanzar, redoblar la agresividad del discurso de campaña y remarcar la necesidad de que la gente vaya a votar, todo como parte de la estrategia al filo que apunta a exacerbar la polarización para las elecciones del domingo y quedar bien parados en Buenos Aires de cara a octubre.

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