Una reciente encuesta realizada por la consultora Zentrix revela un dato alarmante: el 67,4% de los argentinos desconfía de las cifras de inflación que informa el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), al considerar que no reflejan de manera realista el aumento de su costo de vida. Solo un 29,9% de los encuestados afirmó confiar en las estadísticas oficiales del organismo.
El sondeo expone cómo esta percepción está atravesada por una fuerte polarización política. Según el informe, la confianza o desconfianza hacia el INDEC varía significativamente según la orientación política de los encuestados.
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Entre los votantes del exministro de Economía Sergio Massa, la desconfianza hacia el INDEC alcanza un contundente 94,4%. En contraste, entre los seguidores del presidente Javier Milei, el nivel de desconfianza baja al 43,8%, mientras que un 52,2% respalda los datos oficiales.
Este fenómeno deja en evidencia que, en la Argentina, incluso los indicadores económicos más técnicos como la inflación se ven teñidos por la grieta política. La encuesta también revela un contexto general de pesimismo económico: el 64% de los consultados califica como negativa la situación económica del país, y más del 40% considera su situación personal como mala o muy mala.
La desconfianza hacia el INDEC no es nueva, pero se intensifica en momentos de crisis económica. Con una inflación interanual aún en niveles elevados y un poder adquisitivo golpeado, la percepción ciudadana tiende a desconectarse de los números oficiales y se vincula más con la experiencia cotidiana en góndolas y tarifas.
La última medición del organismo indicó que la inflación fue del 1,9% en julio. La variación en el año alcanza el 17,3%. Y luego del aumento que tuvo la cotización del dólar y de lo que se fue recogiendo en las primeras semanas de agosto se espera un nuevo alza para el mes en curso.
GD / EM