Jugó en Chile y en la MLS, pero se retiró para convertirse en sacerdote.
Chase Hilgenbrinck irrumpió en el fútbol estadounidense como una de las máximas promesas juveniles, aunque dio un giro inesperado que llamó la atención de más de un aficionado. Con tan solo 26 años y un futuro por delante, el exdelantero decidió dejar el fútbol para convertirse en sacerdote.
Durante su corta carrera, el estadounidense tuvo un gran paso por el fútbol chileno. Pero tras su estadía en el país trasandino, Hilgenbrinck regresó a la Major League Soccer (MLS) hasta que tomó la drástica decisión de abandonar el deporte.
Chase Hilgenbrinck y su paso por el fútbol
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El exdeantero colgó los botines a los 26 años.
Desde chico, Hilgenbrinck encontró un equilibrio entre sus dos grandes pasiones: el fútbol y la religión, valores que lo acompañaron durante su infancia en Quincy, en Illinois.
Pero su talento predominó y, rápidamente, le abrió las puertas a las selecciones juveniles de Estados Unidos con tan solo 17 años. Esto hizo que el joven se inclinará por el deporte, aunque mantenía la religión cerca suyo en todo momento.
Ante la falta de oportunidades, optó por cruzar a Sudamérica en busca de continuidad. Fue así como, en 2005, recaló en el fútbol chileno para vestir la camiseta de Huachipato. Más tarde, defendió los colores del Ñublense, donde mostró un nivel superlativo.
Sus buenas actuaciones en Chile llamaron la atención de los equipos su país y, en 2008, Hilgenbrinck volvió a Estados Unidos para jugar en la MLS. Allí tuvo paso por el Colorado Rapids y el New England Revolution. Pero cuando había logrado asentarse en su territorio, sorprendió al mundo con una decisión que nadie esperaba.
Su vida después del retiro
A los 26 años, Hilgenbrinck dejó el fútbol para seguir el llamado de la fe. Se formó en el seminario Mount St. Mary’s y luego se dedicó al sacerdocio, llevando la palabra de Cristo en diferentes ciudades de Estados Unidos.
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