El 1 de julio asumieron quienes estarán a cargo de la gestión de la UNSJ durante los próximos 4 años. En el acto de asunción estuvo presente el gobernador (y ajustador) de la provincia de San Juan, Marcelo Orrego. Como si esto no fuera suficiente, las nuevas autoridades de la universidad pública y “laica” juraron frente a un crucifijo.
La nueva gestión de la Universidad Nacional de San Juan asumió a principios de mes, pero todo parece seguir igual (o peor) que antes. El ingeniero Tadeo Berenguer renueva su mandato como rector y en 5 de las 6 unidades académicas ganaron integrantes de su lista.
Respecto a su postura política, el rector siempre se ha mostrado más afín al peronismo -pero nunca se ha alineado públicamente bajo esa bandera- y como todo progresista se ha cansado de hablar de una universidad para el pueblo, soberana y que defiende la justicia social. Sin embargo, la realidad difiere bastante de sus declaraciones que resultan vacías. Berenguer siempre fue impulsor de la megaminería contaminante; bajo su mandato la UNSJ firmó varios convenios con poderosas empresas mineras que tenemos instaladas en la cordillera.
Además, la defensa de la universidad pública ante el ataque de la motosierra de Milei fue una consigna que no se plasmó en ninguna acción contundente durante su gestión. Se dedicó puramente a administrar el ajuste con los míseros fondos enviados por el gobierno nacional.
La UNSJ y la megaminería
La relación de nuestra universidad con empresas extractivistas no se debe exclusivamente a la gestión de Berenguer, sino que es moneda corriente de todas las gestiones anteriores, incluida esta, que con la complicidad de gobiernos como el de Marcelo Orrego y gobiernos peronistas incluso, se han encargado de subordinar la universidad pública, sus programas de estudio y la producción de conocimiento científico a los intereses del sector privado, que hasta la fecha contaminan nuestra agua y desplazan a comunidades enteras de sus territorios.
Por citar algunos ejemplos, ya en el 2022 la UNSJ firmaba convenios con el proyecto Josemaría ligado a la empresa Lundin Mining:“con el propósito de aportar sus conocimientos para una minería responsable… para tener un impacto positivo en lo social, económico y ambiental”. Y en el 2024 se comprometía con la empresa Golden Mining S.A, ligada a la Barrick Gold. Cabe preguntarse ¿Es posible construir “una minería responsable” con la empresa que allá por el 2015 fue responsable del derrame de cianuro y mercurio en los afluentes del Río Jáchal y que hasta la fecha de hoy no ha dado respuestas frente a la justicia por el derrame más contaminante en la historia de nuestro país? ¿Que hace la universidad del pueblo, soberana y comprometida con la justicia social cuando la megaminería contaminante lucra millones a expensas del sacrificio del pueblo sanjuanino?
Siguiendo la misma línea de contradicciones de las gestiones de la UNSJ, quien se hizo presente en el acto de asunción fue Marcelo Orrego (JxC), actual gobernador de la provincia, quien cumple el rol de Milei en San Juan: ajusta a lxs trabajadores, sobre todo a docentes, amenaza con reprimir, y es cómplice del saqueo de los bienes comunes de la provincia. En los meses que lleva ejerciendo el cargo ya ha viajado varias veces fuera del país para ofrecer nuestra cordillera a las multinacionales extractivistas y fue nombrado como el primer presidente de la Mesa de Cobre. San Juan, por otro lado, atraviesa una de las peores crisis hídricas de su historia y existe la posibilidad de que el agua de la provincia sea controlada por Mekorot, la empresa israeli que ejecuta un apartheid del agua en Palestina. En definitiva, Orrego es un nombre que no queremos asociado al de nuestra universidad.
Iglesia y Universidad: asuntos separados
Si bien no nos sorprende la postura del actual rector con respecto a la megaminería, porque ya la conocemos de su gestión anterior, si consideramos que fue una sorpresa la aparición de un crucifijo por sobre el cual varias de las autoridades electas juraron. La presencia de simbología religiosa en un acto institucional es una declaración implícita contra el laicismo en la educación pública, y lo repudiamos enormemente. Si bien respetamos la libertad de culto, no queremos dentro de nuestra universidad referencias ligadas a instituciones de la burguesía, como la Iglesia Católica que trabaja para sostener la conciliación de clases, que le ha declarado la guerra a la perspectiva de género y tiene injerencia en las políticas públicas.
Con este gesto las autoridades de la UNSJ dejan en claro que no respetan el modelo de educación por el cual lxs estudiantes hemos luchado durante años: una educación pública, gratuita, laica y de calidad.
Continuidad de mandatos: ningún cambio estructural
Sabemos que el proceso electoral en la UNSJ no fue como cualquier otro, se desarrolló en medio de un contexto de ajustes y polémicas, donde el gobierno de Javier Milei es enemigo declarado de la universidad pública. Gobierno que no solo congeló el presupuesto 2024 poniendo en riesgo el funcionamiento de nuestras facultades, sino que este año nos dio el presupuesto más bajo en los últimos 21 años.
Nos enfrentamos a una situación crítica: las becas no alcanzan, las condiciones de cursado son insuficientes, al igual que los horarios y las aulas, nuestrxs docentes no dan a basto y cobran sueldos miseria.
En ese sentido, con la actual conducción no hemos llegado a ningún lado, porque mientras los problemas estructurales de la universidad siguen siendo los mismos, ellos se han encargado de gestionar el ajuste del gobierno nacional y provincial y hacerlo pasar por debajo de la mesa. Nunca han sido consecuentes con la universidad que proponen y dicen defender.
Desde La Marea, queremos una UNSJ comprometida con las causas sociales, por eso nos oponemos a todo convenio con empresas privadas, sobre todo las mineras, que priorizan sus ganancias por sobre la vida, y denunciamos la complicidad de las autoridades burocráticas que con docilidad administran el desguace y desfinanciamiento de la universidad pública llevado adelante por el gobierno reaccionario y de ultraderecha de Javier Milei y LLA. Esa tibieza no va más. La única manera de enfrentar la motosierra y luchar por el financiamiento de las universidades públicas de todo el país es con la unidad de todas las luchas y causas justas en la calle, poniendo el cuerpo, coordinando con sectores igual de golpeados, como salud, doctores y enfermeros del Garrahan, jubiladxs, discapacidad, becarixs del Conicet, docentes y la clase obrera en general.
Nadie se salva solx no es simplemente un slogan, es la praxis de un pueblo que no aguanta más y se organiza para luchar. Por eso, desde La Marea en el MST- FITU te invitamos a ser parte y tirar de una vez por todas a este gobierno de ajustadores.
Ana Paula Maya y Agustín Martínez – La Marea