La alfombra más exclusiva del mundo volvió a desplegarse en Nueva York y entre tanta exageración fashionista, hubo una aparición que dejó a todos con la boca abierta. Pamela Anderson, ícono pop de los 90 y referente del estilo sin filtros, asistió por primera vez a la Met Gala y rompió su propia regla: volvió a usar maquillaje.
Luego de casi dos años abrazando su versión más natural y apareciendo sin una sola gota de make up en eventos internacionales -como la Semana de la Moda de París o la premiere de su documental Pamela: Una historia de amor– Pamela se permitió, aunque sea por una noche, jugar con la estética glam que la hizo famosa.
La cita fue en el Museo Metropolitano de Nueva York, donde se celebró la tradicional gala temática que reúne a las celebridades más importantes del mundo del espectáculo, la moda y el arte. Pamela se hizo presente con un vestido beige de Oscar de la Renta, de cola larga, y un peinado con plumas que evocaba su época dorada en los 90.
Pero el detalle que más impactó de aquella jornada fue otro: sombra de ojos, rimel, rubor y un toque de labial. Todo sutil, pero suficiente para marcar un quiebre. El regreso del maquillaje en Anderson fue leído por muchos como un gesto de juego y empoderamiento.
POR QUÉ PAMELA ANDERSON DECIDIÓ VOLVER A USAR MAQUILLAJE
Es que, si bien tiempo atrás había revolucionado a todo París con su frescura, ahora Pamela volvió a captar la atención por su capacidad de reinventarse. Para coronar su look, llevó casi 200 quilates de diamantes al cuello. Brilló, literalmente, entre otras de las más importantes figuras que tuvo aquella noche.
Como si eso no fuese suficiente, al terminar la gala, Pamela salió a toda velocidad y se fue corriendo, cruzando Central Park, hasta su rincón favorito cerca del icónico restaurante Tavern On The Green. Una escena de película para cerrar una noche en la que, una vez más, volvió a ser protagonista.
La exconejita de Playboy aseguró por estos días que la IA y los filtros están haciendo que la gente tenga un “aspecto aburrido” y que preferiría que adoptara su belleza natural como ha hecho ella liberándose del maquillaje. Sin embargo, aquella noche se dio un permitido. Sin filtros ni aparentando ser algo que no es, pero demostrando que a veces las reglas están para romperse siempre y cuando sea para complacerse a uno mismo.