En el programa «Comunistas», la corresponsal en Brasil Eleonora Gosman analizó los paralelismos que identificó entre la causa Vialidad, donde se encontró culpable de corrupción a Cristina Kirchner, y el proceso judicial Lava Jato, donde el actual presidente del gigante sudamericano, Luiz Inácio Lula da Silva, fue oportunamente condenado y luego sus condenas fueron anuladas.
“Absolutamente todos los aspectos del proceso fueron idénticos”, aseguró Gosman. Desde los tiempos judiciales hasta la «utilización política de las sentencias», ambos casos reflejaron un patrón que se repitió con precisión milimétrica entre Argentina y Brasil, en su opinión, apuntando así a la injerencia del lawfare como resorte del poder. El anglicismo expresa el uso estratégico del sistema legal para debilitar, desacreditar o derrotar a un oponente político o ideológico, a menudo a través de procesos judiciales prolongados, acusaciones mediáticas y campañas de desprestigio.
Según Gosman, la condena a Fernández de Kirchner por la causa Vialidad repitió la estructura del juicio a Lula en 2018. En ambos casos, las causas comenzaron años antes de las elecciones, cobraron impulso en momentos estratégicos y se vieron atravesadas por vínculos con gobiernos extranjeros. En el caso brasileño, el juez Sergio Moro pasó de condenar a Lula a convertirse en ministro de Jair Bolsonaro. En el argentino, el fallo coincidió con un contexto de alineamiento con Estados Unidos y el respaldo explícito del entorno de Donald Trump al gobierno de Javier Milei. “No es casual que haya una agenda regional impulsada desde afuera”, subrayó la periodista.
La comparación cerró con una pregunta: ¿Hay justicia cuando el poder Judicial se mueve al ritmo de intereses internacionales?. “Los expresidentes en la región entran y salen de prisión según la voluntad del Departamento de Estado de EEUU”, planteó Juan di Natale, conductor del programa donde se debatió sobre el asunto en la pantalla de Bravo TV.
Ex presidentes de la región se solidarizaron con Cristina Kirchner y acusaron una «persecución política»
Según se evaluó en el programa, en dicho espejo político-judicial, las trayectorias de Lula y Fernández de Kirchner se cruzaron en la misma trama: acusaciones sin pruebas sólidas y condenas en contextos electorales. En ambos países, la justicia dejó de ser un árbitro y se transformó en jugador. Y en esa cancha, la política latinoamericana reveló que los procesos judiciales también operan como herramientas geopolíticas de primer orden, de acuerdo a lo conversado en la mesa.
LB / FPT