Las lagunas Alsina, Cochicó, Del Monte, Del Venado y Epecuén suman una superficie aproximada de 58.000 ha. Toda esa impresionante masa de agua es parte de lo que se llama las Encadenadas del Oeste, un imán para miles de pescadores que cada fin de semana eligen estos ámbitos que no solo rinden en meses puntuales, sino que son de resultados parejos todo el año. Entre ellas, una de las más nombradas es Cochicó, aquel espejo que supo quedar olvidado hace algún tiempo tras una década en la que se posicionó en el top ten del país. La más visitada en las épocas de las multitudinarias excursiones que salían de todo el país rumbo a Guaminí o a Chasicó, la única que podía mojarle la oreja en aquellos tiempos. Ya olvidados los tiempos de las decenas de micros entrando a las lagunas, hoy las modas son otras, pero lago Cochicó y sus pejerreyes siguen vigentes.
Entre tantos referentes que solemos visitar en Guaminí, uno de los que no dejamos de contactar cada semana es Martín Gaita, uno de los que más la conoce por estos días y que nos comparte con total franqueza la actualidad del ámbito. Gaita recorre habitualmente el espejo con su embarcación y la conoce como la palma de su mano. En sus informes, no quiere ser reiterativo, pero constantemente los resultados se repiten. La laguna cumple y no deja pescadores disconformes, aunque puede gustar más a unos que a otros, ya que hay momentos que una modalidad rinde por sobre otra, algo que siempre puede molestar a algún aficionado ávido de llevadas con una técnica en especial.
Recién se había bajado de la lancha cuando nos encontramos a charlar con el guía. Acababa de llevar a un grupo de las ciudades bonaerenses de Pergamino y Chivilcoy a disfrutar de las bondades de una laguna que cumplió con las expectativas a pesar de los fríos que han aparecido para quedarse. Las heladas llevaron a que los rindes sean principalmente con aparejos del tipo paternóster que trabajan entre los 3 y 4 metros de profundidad. En esa línea de pique se pueden encontrar los buenos pejerreyes que promedian los 300 g, pero aislados se entreveran los de 400 a 500 g, junto a alguna sorpresa.
Nos decía Gaita que para los que gustan de la pesca de flote, hay momentos que se puede realizar con éxito. Lo ideal son los días con poco viento y buena temperatura, allí se puede arrimar a una orilla después del mediodía y concretar una faena interesante con las tres boyas. Con respecto a las carnadas, la mojarra viva se lleva las palmas, aunque el dientudo o un bien rebajado filet de pejerrey coloreado de amarillo andan muy bien.
Las lluvias generaron un aumento importante de la laguna, siendo el caso de Cochicó una crecida de 1,50 m. Esa situación generó que, entre mucho alimento para el pejerrey, pero no cambiaron los resultados que se vienen sosteniendo desde hace bastante tiempo. En espejos vecinos, el rendimiento es bastante similar. Por caso, Alsina atraviesa un momento espectacular, y Del Monte, según nos decía Gaita, también está dando muy buen peje a flote, aunque no tiene la regularidad de otras, ya que la especie no come pareja todos los días, siendo jornadas exitosas que alternan con otras muy pobres. La calidad es buena, con muchos ejemplares de 600 a 800 g, muy malos a la hora de clavarlos y traerlos arriba del bote.
Guaminí, y especialmente Cochicó son un clásico entre los ámbitos bonaerenses, y es constantemente una alternativa para el pescador ávido de piques que, en este espejo, están asegurados, algo nada fácil de decir en estos tiempos en los que el frío y las heladas aletargan al pejerrey en muchas lagunas.
Servicios:
- Martín Gaita. Guía de Pesca en laguna Cochicó. Tel.: (02923) 693787. En redes: Facebook.