El escándalo explotó en la casa de Gran Hermano y la protagonista fue Katia «La Tana» Fenocchio. La jugadora quedó en el ojo de la tormenta por su actitud en la prueba semanal. No solo no hizo el mínimo esfuerzo, sino que además quiso abandonar a mitad de camino, perjudicando a todo el grupo.
Desde el primer minuto, sus compañeros notaron que no estaba comprometida. Mientras todos intentaban completar el desafío, ella apenas se esforzaba. Cuando le marcaron su falta de interés, lejos de tomárselo en serio, se defendió con soberbia. “Si quieren, háganlo ustedes. No todos tenemos la misma coeficiencia”, lanzó sin importarle el enojo del resto.
El resultado final fue un desastre. Perdieron la prueba y quedaron sin presupuesto para la semana. En la casa, la bronca fue inmediata. “¡Tenía que ponerle ganas, nada más!”, estalló Martina. Luz tampoco se quedó atrás: “Hizo cualquier cosa y nos dejó en la ruina”. Claudio, por su parte, fue aún más duro: “Ni un punto sacamos, todo porque no se levantó temprano”.
En lugar de asumir su responsabilidad, La Tana redobló la apuesta. “Voy a hablar con Gran Hermano y me bajo”, dijo con indiferencia. Sus palabras terminaron de colmar la paciencia de sus compañeros, que ya no quieren seguir conviviendo con ella. “Que se vaya, si no tiene ganas de jugar, que deje el lugar a otro”, sentenció Lourdes sin filtro.
El clima en la casa se puso cada vez más tenso. En las charlas privadas, varios comenzaron a planear su estrategia para la próxima gala de nominación. “No podemos seguir con alguien que no le importa nada”, comentó Pampucho. La sensación general es que La Tana quedó completamente aislada y sin chances de revertir la situación.
Ahora, la gran pregunta es si el público decidirá respaldarla o si su soberbia le costará la expulsión. Lo cierto es que, dentro de la casa, sus compañeros ya tomaron una decisión: quieren verla afuera lo antes posible.