La pelea por la mantenimiento de la Rambla de Mar del Plata sumó este jueves un nuevo capítulo. Se trata de la denuncia que presentó el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro para exigir el desalojo de una feria ilegal instalada en el histórico paseo cuyo control depende de Axel Kicillof.
La denuncia, que está en manos de los juzgados federales marplatenses, se enmarca dentro de la tirante relación entre los dos dirigentes por la mantención del lugar y su actual situación de abandono.
La administración de la zona de la Rambla marplatense le pertenece al Gobierno provincial, que es el responsable de su mantenimiento, aunque desde el municipio de General Pueyrredón hace tiempo que denuncian que no se hacen obras para su conservación.
En este caso, el pedido de desalojo de la feria por parte de Montenegro se basa en informes producidos por la Secretaría de Seguridad, Obras Sanitarias y la Subsecretaría de Inspección General marplatense, que indica que su funcionamiento genera “un riesgo cierto y serio en la seguridad y salubridad públicas”, y que en el lugar se producen “hechos tipificados penalmente”.
Lo que denuncian así, lo traducen en el diálogo directo al sostener que la ilegalidad de los feriantes instalados y avalados por la inacción de la gestión de Kicillof hacen del lugar céntrico y emblemático una «saladita».
Asimismo, la feria también violaría la Ley de Residuos Peligrosos N° 24.051 ya que, pese al deterioro generalizado del sector, las estructuras de madera requieren un mantenimiento mínimo para no quedar inutilizadas por inclemencias del tiempo, y la actividad ilegal que se desarrolla en el lugar no cuenta con la “disposición adecuada de los desechos del mantenimiento de estas estructuras”, lo que constituye “un acto de contaminación punida por la ley”.
Frente a la situación de falta de obras en la Rambla, en octubre pasado Montenegro ofreció formalmente que el lugar quede bajo control de la administración municipal con el objetivo de realizar las tareas necesarias a través de la inversión privada, mediante el sistema de compensaciones. Para eso, necesitaba que la Provincia cediera el lugar al Municipio.
Poco después del pedido de Montenegro, el ministro de Gobierno bonaerense Carlos Bianco anunció que la Provincia no cedería la Rambla y volvió a prometer obras de restauración y puesta de valor del lugar para después de la temporada de verano 2025.
La Rambla de Mar del Plata, en medio de una disputa política entre Kicillof y Montenegro
La emblemática Rambla marplatense volvió a quedar en medio de las desavenencias que mantienen Kicillof y el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, del macrismo.
En agosto, el intendente de de Mar del Plata anunció su intención de conseguir que el Complejo de Punta Mogotes, que también se administra desde La Plata, vuelva a la órbita municipal.
«No queremos -dijo Montenegro sobre Mogotes- que tenga el mismo abandono que vemos en la Rambla».
Luego, volvió a quedar en medio de la disputa cuando un concejal del radicalismo propuso que el dinero que una constructora deje en la comuna por la excepción que se le concedió, nada menos que la construcción de un rascacielos en Varese donde no se podía edificar más de 7 metros de altura, sea destinado a mejorar, precisamente, la Rambla.
En esa oportunidad volvió a ser Bianco, mano derecha de Kicillof, quien le puso freno a la idea de que la municipalidad invierta donde debería hacerlo la Provincia.
Al tiempo que anunció el llamado a licitación para supuestas obras de puesta en valor necesarias, Bianco le sugirió a Montenegro «que se dedique a gobernar sobre su propia jurisdicción, que bastantes cosas tiene para solucionar«.
Obras anunciadas para otra temporada y el estado «casi marginal» de la Rambla de Mar del Plata
En los planes del gobierno de Buenos Aires lejos está la intención de conceder a la comuna la administración del complejo, de hecho el Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología oficializó la convocatoria de dos licitaciones públicas que generan derechos y obligaciones por los próximos 5 años, cuando los contratos de explotación de balnearios vencen en agosto del 2026.
Son licitaciones para la explotación de publicidad en el sector parquizado de las lagunas, con una base de $37,5 millones anuales, y por publicidad en los tótems en la calle colectora y en los accesos a pasillos públicos, con un precio base de $12,5 millones.
Lo concreto es que los turistas del verano 2025 no podrán disfrutar de la recuperación de solados y del equipamiento urbano; la restauración y reposición de baldosas en la Rambla, recovas y el boulevard del sector del Hotel Provincial y el Casino; la desobstrucción y reparación de los desagües pluviales; la colocación de nuevas luminarias LED en la línea de costa, y la puesta en valor de las estructuras de piedra, escaleras y rampas, entre otros trabajos que comenzarán -según explicó el ministro de Infraestructura bonaerense Gabriel Katopodis– después de la temporada.
DS