¿Alguna vez metiste la pata diciendo algo tan inoportuno que queda retumbando en el silencio incómodo que le sigue, mientras deseas que te trague la tierra inmediatamente? A muchos nos pasó. A menudo, lo dicho ni siquiera fue errado, sino fuera de lugar. Lo que faltó fue “nunchi”, que significa algo así como “medida a simple vista”.
Es un concepto tradicional coreano que llama a la observación y consecuente evaluación no solo de los individuos, sino también del contexto y la atmósfera generales en cualquier entorno social.
“Si piensas en cosas que dijiste que fueron incómodas o inapropiadas o insultantes, la mayoría de las veces podrías haberlo evitado simplemente disminuyendo la velocidad”, le dijo a la BBC la periodista y autora coreano-estadounidense Euny Hong.
De eso se trata: de tomarse un momento para comprender la dinámica de las situaciones, para poder manejar las interacciones correctamente.
“Es una especie de sensibilidad hacia el entorno en el que te encuentras”, apunta Jin Park, profesora y presidente del Departamento de Filosofía y Religión de la Universidad Americana de Washington.
“Al entrar en una habitación, mides rápidamente la situación —lo que la gente está pensando, lo que la gente está sintiendo— y a partir de ahí decides cómo te comportas. Ese es el comienzo de nunchi en el mundo real”, agregó.
En ese mundo real, añade, hay todo tipo de situaciones diferentes en las que te encuentras con gente necesitada. “Cuando eso ocurre, puedes usar nunchi y hacer algo. Así que nunchi tiene una cualidad de aquí y ahora”.
Para la doctora Park, no se trata precisamente de una habilidad. “Si solo lo llamamos una habilidad, se vuelve demasiado funcional. Creo que empezó como una forma de convivir”.
“Corea del Sur es un país muy densamente poblado y, si necesitas vivir con la gente en un espacio reducido, tienes que encontrar una manera de coexistir”.
En países más espaciosos, explica, si no te gusta alguien puedes irte a casa y seguir con tu vida. “En Corea es muy difícil hacer eso. Es una especie de sociedad comunitaria, colectivista. Tienes que hallar la manera de tratar a las personas. Por eso creo que se empezó a desarrollar el nunchi”, dice Park.
En sus palabras, se trata de discernir “cuál es la mejor manera de tener una relación con otras personas sin que te haga daño, pero al mismo tiempo sin herir los sentimientos de los demás”.
“Nunchi”, entonces, no solo ayuda a saber cómo comportarse bien, sino también a estar atento a las necesidades de otras personas… a menudo sin palabras. Es pasarle un pañuelo a alguien sin que lo haya pedido o saludar discretamente al llegar para no interrumpir la conversación en curso, escuchar y observar antes de hablar.
Y es que, cuando se trata de los silencios, en vez de temerles y llenarlos con palabras, a menudo vale la pena valorarlos. “Nunchi también tiene que ver con el papel del lenguaje”, señala Hong, autora de “El poder del nunchi: el secreto coreano para la felicidad y el éxito”. “La cultura de Asia Oriental valora el silencio, dicen que el silencio es oro”, detalla.
“Debes ser capaz de entender al otro lado mirándolo a los ojos, sin necesidad de verbalizar ‘te amo’ o ‘me gustas’ o ‘tienes razón’ o ‘estás equivocado’, porque la gente no siempre expresa claramente lo que necesita, cómo se siente. En eso nunchi juega un papel muy importante”.
Hong advierte que “nunchi” no se reduce a interpretar tu entorno ni comprender a otras personas: “Es algo constante, tienes que estar entrenado. Es esencial ser una especie de observador silencioso”.
Y está profundamente arraigado en la sociedad coreana: “Se les enseña a los niños desde el momento en que son capaces de comunicarse”
“Cuando los padres les dicen a sus hijos: ‘Mira a ambos lados antes de cruzar la calle’, los padres coreanos están haciendo eso y diciendo que la forma en que sabes cómo comportarte en cualquier situación, sin importar cuán extraña sea, es mirando lo que sucede a tu alrededor”.
“El nunchi es primordial en la sociedad coreana, y una de las formas en que se desarrolla en la escuela, por ejemplo, es que los profesores no les dicen a los estudiantes todo lo que necesitan saber”.
“Las avisan que hay un proyecto, pero son vagos respecto a los detalles, y los niños deben entender lo que se supone que deben traer para el proyecto. O les dicen que habrá un examen, pero no les dan ninguna información más, y todo es parte de su educación. Tienes que resolverlo por ti mismo. Los coreanos creen eso desde el principio”.
Según el libro de Hong, el nunchi es el “arte de comprender lo que la gente piensa y siente”, una cualidad que poseen aquellos que son sensibles a la dinámica dentro de un grupo.
En la práctica, el “nunchi” consiste en observar, cuando estás acompañado, cosas como quién habla, quién escucha, quién interrumpe, quién se disculpa y quién hace gestos de desesperación o complacencia.
A partir de ahí, se pueden hacer evaluaciones sobre la naturaleza de las relaciones y jerarquías dentro de un grupo y el estado de ánimo general, y saber cómo comportarse en consecuencia. De los verdaderamente hábiles, los coreanos dicen que tienen un “nunchi rápido”, es decir, la capacidad de procesar velozmente información social cambiante.
Sus posibilidades de éxito en cualquier entorno social son altas: tienen más probabilidades de encajar y hacer conexiones y son menos propensos a parecer despistados o incompetentes, o a cometer errores incómodos como aquellos de los que hablábamos al principio.
Pero, ¿será que alguien no entrenado desde pequeño puede aprender a discernir todas esas señales para desarrollar “nunchi”? Hong, quien sufrió ansiedad social toda su vida, notó que las herramientas que se recomiendan para manejarla son similares a las que sirven para el “nunchi”.
“Simplificando, hay algo que se les enseña a las personas con ansiedad, y es que, si te sientes muy agitado o estás a punto de tener un ataque de pánico, te preguntes si tienes hambre, si estás enojado, solo o cansado. Debes examinarte a ti mismo. Conocerte a ti mismo también es nunchi, no se trata solo de observar a todos los demás”, remarca.
“Y otra cosa que te enseñan es a parar y nombrar 5 cosas que puedes ver, 4 cosas que puedes escuchar, 3 cosas que puedes oler. Se trata, primero, de desaceleración y, segundo, de involucrarte directamente con tu entorno, y estas son herramientas de nunchi que puedes usar, ya sea que sientas o no ansiedad”, agrega.
“Nunchi” entonces puede ser una herramienta de autoprotección para evitar momentos incómodos. Pero también puede ser un medio para desarrollar relaciones más cercanas, comprender el subtexto de lo que los demás dicen, quizás no en voz alta.
Para la doctora Park, eso significa mirar más allá de nosotros mismos. Para ella, lo más valioso que la gente podría aprender para agregar valor a sus vidas es “tratar de verte a ti mismo como un miembro de una comunidad en lugar de como un simple individuo y tratar de entender a los demás y de encajar en ese contexto”.
“Cada vez más se habla más de la comunidad global y en ese contexto se puede ver nunchi como una forma de entender a los demás y de encontrar una manera de vivir juntos”.
BBC Mundo