Vélez ya había perdido con Central Córdoba de Santiago del Estero la final de la Copa Argentina. Varios de los futbolistas del Fortín quedaron derrumbados sobre el césped, llorando, por la impotencia. Pero otros comenzaron a mirar hacia las tribunas, donde comenzaron a divisarse algunos enfrentamientos. ¿Qué sucedió? algunos hinchas comenzaron a insultar a los jugadores, en un sector donde había familiares de las figuras del Fortín. Las discusiones subieron de tono y volaron los golpes. En consecuencia, los deportistas se unieron a la gresca, en un impensado y escandaloso final.
Lo que se inició con empujones y algunas palabras cruzadas terminó convirtiéndose en una batalla, entre fanáticos, familiares y algunos jugadores, que se metieron para calmar en algunos casos, como Braian Romero, Elías Gómez, Michael Santos o Agustín Bouzat, y otros participaron activamente, como el arquero suplente Randall Rodríguez o Tomás Guidara y Rodrigo Piñeiro, ambos parte de la delegación, pero que no estuvieron incluidos entre los relevos.
La trifulca dejó imágenes impactantes. El presidente de Vélez, Fabián Berlanga, intentó mediar, pero se lo llevó puesto la ola y rodó varios escalones abajo. La esposa de Santiago Caseres, quien fue suplente, también quedó en medio de la confusión, cayó y casi se desmaya por el golpe, según informó TyC Sports. Al cabo de la pelea generalizada, los familiares saltaron al campo de juego para tomar aire, recuperarse o simplemente estar cerca de los jugadores.
“No vi nada, me contaron que hubo problemas. Espero que no haya pasado nada grave. Creo que cuando pasan estas cosas hay mucha angustia, bronca, que alguno puede actuar con violencia. Espero que no haya pasado nada. Ahora voy a averiguar cómo se inició todo lo que pasó”, comentó el entrenador Gustavo Quinteros.
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