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El peligro de un peso que se aprecia y un real que se devalúa frente al dólar

En las dos primeras jornadas del mes, se acentuó la tendencia que ya se venía observando en las últimas semanas de noviembre: una fuerte apreciación del peso frente al dólar y una nueva depreciación del real brasileño frente a la divisa americana.

El dólar libre volvió a bajar y perforó los $1.100, para cerrar en $1.060 en tanto que el valor del dólar en Brasil superó los 6,08 reales. La apreciación del peso implica una nueva caída de la brecha cambiaria. Ahora, la diferencia con el tipo de cambio oficial se sitúa en apenas 5,6% tras llegar al mínimo de 8,4% en la jornada anterior.

Para encontrar una brecha en esos niveles hay que remontarse a 2019, al momento anterior a los primeros controles cambiarios de Mauricio Macri, cuando la brecha no era un problema.

El dólar contado con liquidación volvió a situarse por encima de los $1.100 y cerró la jornada en $1.106 mientras que el dólar Bolsa o MEP lo hizo en $1.074, precio en el que se viene manteniendo desde la semana pasada.

El dólar paralelo se mueve con una tendencia claramente a la baja desde la semana pasada, cuando bajó $15, a lo que se agregó otra caída de $30 en los dos días hábiles de diciembre.

En cuanto al mercado oficial, el BCRA volvió a comprar divisas después de dos jornadas en las que cerró con saldo vendedor y acumuló un saldo positivo de u$s20.652 millones desde el 10 de diciembre y las reservas internacionales brutas cerraron en u$s31.238 millones.

Nueva caída de la brecha cambiaria

La apreciación cambiaria que se observa en nuestro país desde julio en adelante está relacionada el ordenamiento de la macroeconomía consistente con el déficit fiscal cero, una reducción del déficit cuasi fiscal del BCRA una política fiscal contractiva y una política de emisión monetaria cero, la drástica baja de la tasa de inflación mensual que es lo que los operadores financieros denominan el «Efecto Milei»

Por otra parte la fuerte devaluación del real frente al dólar en Brasil se debe a un gran desequilibrio de las cuentas públicas por un fuerte aumento del gasto público que llevó al Gobierno del Presidente Luis Lula Da Silva a anunciar la semana pasada un fuerte ajuste fiscal por el lado de una suba de los impuestos algo totalmente contrario a lo que hace el Gobierno argentino que contrae el gasto público y reduce impuestos como por ejemplo el Impuesto PAIS del 7,5 % que se eliminará a partir del 24 de diciembre próximo.

El nuevo salto cambiario y el descenso de las acciones en Brasil se dio después de que la semana pasada el ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, confirmó en un discurso nacional que el paquete de medidas de contención del gasto del gobierno de Luiz Inácio «Lula» da Silva generará un ahorro de 70.000 millones de reales (equivalentes a u$s11.800 millones) en los próximos dos años el llamado «Efecto Lula».

Este movimiento bajista para la moneda brasileña tiene consecuencias negativas sobre la economía argentina desde el punto de vista del comercio exterior por un probable aumento del déficit comercial con Brasil pero positivo si analizamos el aspecto financiero ya que muchos capitales de ese país comienzan a huir de bonos y acciones brasileñas para posicionarse activos de otros países como por ejemplo Argentina.

Brasil es el mayor socio comercial de nuestro país porque es el principal origen de las importaciones y destino de las exportaciones.

El problema para la Argentina es que el desbalance cambiario entre un peso que se aprecia o gana valor frente al dólar y un real que se deprecia y pierde valor frente al dólar genera una doble mejora de la competitividad brasileña porque se encarecen nuestras importaciones y se abaratan nuestras exportaciones lo que implica la posibilidad que el déficit comercial con Brasil aumente.

Argentina podría igualmente bajar el crawling peg

Entre enero y octubre de 2024 la Argentina mantuvo un déficit comercial con Brasil casi nulo de unos 175 millones de dólares si se lo compara con los 4.700 millones de dólares acumulados de diez meses del año pasado.

En lo que va de 2024 el real mientras el real se devaluó un 20 % ya que el valor del dólar pasó de 4,85 a los 6,08 reales.

Al respecto el economista de CeSur (Centro de Estudios Económicos del Sur) Amilcar Collante indicó que «con el ‘sacudón’ del real ya el tipo de cambio bilateral con Brasil está abajo del nivel pre-devaluación de diciembre de 2023».

En este sentido, hay que destacar el Índice de Tipo de Cambio Real bilateral con Brasil, medido por el BCRA, cayó a 75 puntos, un mínimo desde el 16 de diciembre de 2015 (72,8 puntos), justo antes de la devaluación dispuesta por el gobierno de Mauricio Macri para levantar el «cepo» cambiario heredado del segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Esto implica que el peso se encuentra apreciado en unos 25 puntos porcentuales respecto del real brasileño -en esta comparación teórica- cuyo nivel de equilibrio es el de una base de 100 puntos.

Por su parte, Juan Manuel Franco, economista Jefe del Grupo SBS, explica que «el real brasileño mostró una tendencia devaluatoria durante todo el año, en un contexto fiscal desafiante para Brasil.

Dado que es uno de los principales socios comerciales de Argentina, la devaluación del real presiona vía tipo de cambio real al peso argentino, dado que las exportaciones brasileñas se vuelven más competitivas»

En relación al impacto sobre los dólares paralelos, Franco opina que «la dinámica de estos depende más de factores domésticos y de la expectativa de mercado de si la economía local podrá normalizarse hacia adelante».

Por ello, si bien no es una noticia positiva para el peso la devaluación del real, Argentina podría igualmente bajar el craw/ (devaluación gradual del peso) de 2% mensual a 1% en caso que la expectativa siga siendo favorable para nuestro país.

«Dicho esto, Argentina debe continuar la normalización y no perder el rumbo, en especial en materia fiscal, para que la devaluación del real lo afecte lo menos posible» acota Franco.

En tanto que Salvador Vitelli, jefe de Research de Romano Group, afirmó que «desde la convertibilidad que no teníamos este tipo de cambio real contra el Real y hace 22 años que no era tan barato como hoy irse a Brasil».

Para ponerlo en contexto, en lo que va de 2024 la economía argentina tuvo una inflación en torno al 110%, mientras que el dólar oficial ascendió un 24,9%, desde los 808,45 a los 1.009,50 pesos.

Esto hace que el dólar haya perdido cerca de 40,5% de su poder de compra en el mercado interno. En contraste, Brasil abarató un 15,7% en dólares en términos reales, con un salto cambiario de 23,7% en lo que va del año, contra una inflación de 4,3% acumulada.

Desde otro punto de vista, al comparar al real brasileño con el peso argentino, la moneda brasileña se encareció en 2024 tan solo un, 1,2%, desde los 166,50 a los 168,47 pesos en casi once meses, una suba marginal en comparación a la inflación argentina del 110 por ciento. Esto da una pérdida de poder adquisitivo de 51,8% para el billete brasileño en el mercado argentino.

También el balance por servicios turísticos se presenta muy favorable para Brasil respecto de la Argentina.

Este verano 2024/2025 encontrará a los turistas argentinos con precios en dólares un en promedio más altos dentro del país, mientras que en el país vecino estarán un 15,7% más baratos -en dólares- que un año atrás.

Para el último bimestre del año, es de esperar que las importaciones (desde Brasil) continúen repuntando de forma generalizada para la Argentina, como producto de la incipiente recuperación de la actividad económica y las recientes bajas de aranceles y simplificación de requisitos de parte del Gobierno, así como efectos rezagados de la baja del impuesto PAIS de 17,5% a 7,5% en septiembre.

No obstante, relacionado con esto último, la expectativa que el impuesto PAIS se quite a fin de año podría rezagar pedidos al exterior», evaluaron los analistas de la consultora Abeceb.

El jueves pasado por primera vez la cotización del dólar en Brasil rompió la barrera de los 6 pesos registrando en el año una devaluación del real frente al dólar del 20 % en lo que va del año mientras que en Argentina la devaluación del peso frente al dólar fue del 12 por ciento en el año.

La contracara es el mercado financiero argentino, que claramente se está beneficiando de la fuerte desconfianza no solo por lo que está ocurriendo en Brasil, sino también en otros países como México y Colombia.

Los inversores ya están cansados de que los gobiernos les digan todo el tiempo que van a bajar el déficit fiscal y lo único que hacen es seguir aumentando el gasto», resumió un ejecutivo que maneja uno de los hedge funds más fuertes de la región.

El superávit fiscal y el control de los agregados monetarios generó un sustancial fortalecimiento del peso en los últimos meses. Pero la tendencia se acentuó por el mayor ingreso de capitales.

Los argentinos ingresaron casi u$s23.000 millones en efectivo al blanqueo y ahora el mismo se extendió hasta el 6 de este mes por lo tanto se podrían sumar más dolares a los depósitos privados que ya suman unos 34.000 millones de dólares y el tipo de cambio paralelo podría seguir apreciándose frente al dólar.

La apreciación cambiaria en sí no es mala porque esto se debe a una mejora de los fundamentals económicos pero el problema es que se da en un escenario donde la mayoría de las monedas del mundo se deprecian frente al dólar y en un contexto de un aumento del grado de apertura económica que podría generar un boom de importaciones que dañe a algunos sectores de la industria argentina.

Esta caída en el valor del dólar paralelo y de los dólares financieros aumenta a su vez la demanda de pesos para hacer «carry trade», aprovechar la tasa y conseguir una ganancia mayor en moneda dura y por ahora no parece que esa tendencia vaya a darse vuelta.

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