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Sorpresa en Estados Unidos: cómo impacta el cambio de embajador a días de las elecciones presidenciales

El empresario Gerardo Werthein, que el miércoles fue nombrado como canciller, deja su cargo como embajador en Washington en un momento complejo, justo cuando Estados Unidos se aproxima a elegir en pocos días a un nuevo presidente y se necesitará relanzar el vínculo bilateral.

Cuando el presidente Javier Milei ganó las elecciones, Werthein se vislumbró enseguida como alguien muy cercano al entorno del libertario. El empresario fue el ladero de la primera visita de Milei a Washington en diciembre y acompañó al entonces jefe de Estado electo a reuniones en la Casa Blanca y también le organizó un encuentro con Bill Clinton en Nueva York.

Werthein estaba acostumbrado a esos roces ya que como miembro del Comité Olímpico Internacional conocía a múltiples interlocutores del mundo empresarial y también político, incluido al propio presidente Joe Biden de cuando era el vice de Barack Obama.

Sin embargo, la sintonía del nuevo canciller con Milei va más allá de sus contactos. Y por eso Werthein ha acompañado al Presidente en sus momentos más privados, como cuando el libertario fue a rezar a la tumba del Rebe de Lubavitch en Queens o cuando Milei recibió un premio a la libertad de manos de esa comunidad judía en Miami.

This handout picture released by Milei, su hermana Karina, Elon Musk y Gerardo Werthein en un encuentro en California. This handout picture released by Milei, su hermana Karina, Elon Musk y Gerardo Werthein en un encuentro en California.

Una vez oficializado su cargo, después del proceso de aprobación en el Senado y el otorgamiento de las cartas credenciales de manos de Biden, Werthein apuntó su gestión a conseguir inversiones en Estados Unidos. Y facilitó -junto con el hoy jefe de asesores económicos Demian Reidel- varios encuentros entre Elon Musk y popes tecnológicos en foros exclusivos como el Milken Institute en Los Angeles y el llamado “campamento de multimillonarios” en Sun Valley, Michigan.

Desde su cargo, buscó sembrar el terreno para las inversiones y fue uno de los que más festejó la aprobación del RIGI para atraer capitales extranjeros, aunque todavía hay muchas más expectativas que realidades.

Aunque seguía de cerca el vínculo con Washington, era claro que la mirada de Werthein estaba más allá de la relación bilateral. Tomó cada vez más relevancia en el círculo del Presidente y lo acompañó a misiones que escapaban a su tarea como embajador, como reuniones del G7 a las que la entonces canciller Diana Mondino no era invitada. Siempre se lo mencionaba en esta capital como un virtual “canciller” en las sombras, algo que él siempre buscó desmentir.

“Estoy comprometido a trabajar por el bien de Argentina y de todos los argentinos, fortaleciendo nuestra presencia en el escenario internacional”, dijo Werthein tras ser designado canciller. “En nuestro país, hay una sola política exterior: la que define el Presidente y todo el equipo de la Cancillería estará alineado con esa visión. Modernizaremos nuestra diplomacia y optimizaremos los procesos para que Argentina brille en la escena global, asegurando una transición ordenada. Trabajaré siempre junto al Presidente por el bienestar de todos los argentinos”, agregó.

Lo cierto es que el ascenso de Werthein a la cancillería deja la embajada en Washington sin dueño justo cuando se celebran las elecciones presidenciales este martes, en las que compiten la vicepresidenta demócrata Kamala Harris y el ex presidente republicano Donald Trump.

De hecho, hay programado ese día un evento para mirar el conteo de las elecciones en la embajada en la avenida New Hampshire en Washington al que están invitados empresarios, políticos y académicos que vienen desde Argentina a observar las elecciones y no es claro aún si Werthein ahora participará.

Más aún, la embajada quedará huérfana ya que, antes del anuncio de la salida del empresario, se oficializó también el traslado del número dos de la sede diplomática, Francisco Tropepi, que fue designado embajador ante la ONU.

Si bien Milei había mostrado sus preferencias por Trump y le había dicho que esperaba verlo como presidente, Werthein tenía bastante aceitado el camino con cualquiera de los candidatos que triunfara. Por un lado, tiene una buena relación con el gobierno de Biden y con los encargados de la región del Departamento de Estado y del National Security Council, Brian Nichols y Dan Erikson, que allanaría el vínculo ante un posible triunfo de Harris.

Pero, sobre todo, el camino ante una victoria de Trump se iba a ver muy allanado. Si bien Milei y el candidato republicano apenas se han visto personalmente en un encuentro conservador en Washington, el gran facilitador de la relación sería Elon Musk, que se ha vuelto un favorito de Trump y un gran aportante de su campaña. Werthein ya había tenido varios encuentros personales con el dueño de Tesla y Space X.

Es de esperar que Milei designe pronto a un nuevo embajador y que, dada la impronta comercial que su administración busca imprimir en la relación, sea un empresario de su confianza, que haya estudiado o trabajado en Estados Unidos y que tenga contactos propios, el perfil que le gusta al Presidente.

La designación no admite demoras porque el proceso de nominación de un embajador suele sufrir retrasos en el Congreso argentino y la Casa Blanca también tarda en otorgar las cartas credenciales. Werthein, por ejemplo, recién pudo asumir plenamente su cargo en junio, casi 6 meses después de que fuera designado por Milei.

Trump o Harris ocuparán la Casa Blanca recién el 20 de enero y se necesita a alguien en plenas funciones para retomar con fuerza la relación con el próximo presidente o presidenta de Estados Unidos, el país que Milei ha elegido como el principal socio de Argentina.

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