Habla poco, pero cada vez que lo hace, sus palabras resuenan en los despachos del Gobierno y en las oficinas empresariales más importantes. El CEO del Grupo Techint, Paolo Rocca, volvió a cargar contra “el peso del Estado” como un obstáculo para el crecimiento de las economías, pero en su discurso destacó a la gestión libertaria. “Muchos de los temas que estoy considerando que han frenado a nuestra economía hoy están atacados en la agenda del nuevo gobierno del presidente [Javier] Milei”, dijo.
Con tan sólo un dato, Rocca expresó la crisis de crecimiento que golpea a la región, algo que también involucra a la Argentina. “Hace 15 años las economías de América Latina representaban 15% de la economía mundial; hoy, alrededor del 7%”, enumeró. Asoció este retroceso a factores como “el avance sistemático del peso del Estado, la carga tributaria, las normas laborales, la fragilidad de la infraestructura, la inseguridad jurídica y la pérdida de calidad en la enseñanza”.
Acto seguido, durante pocos minutos focalizó su presentación en el país. “Lo que está pasando en la Argentina es importante”, introdujo. Mencionó medidas adoptadas por el actual gobierno con las que expresó conformidad. “Si uno mira la reducción del peso del Estado, la cancelación del déficit, la sustancial reducción de la complejidad de regulaciones de la economía, en la agenda hay puntos de transformación muy profunda. Los resultados son importantes”, describió.
De este modo, valoró la desaceleración de la inflación y la caída del riesgo país, pero marcó algo sobre lo que la gestión de Milei todavía no avanzó ni se sabe cuándo lo hará. “Ahora falta la apertura del mercado cambiario para lograr atraer inversiones masivas, pero lo menciono como un tema relevante”, sostuvo Rocca.
El CEO de Techint participó del Alacero Summit, en el hotel Hilton de Puerto Madero, donde confluyeron los jugadores más importantes de la siderurgia a nivel regional. Por este motivo, Rocca no dedicó enteramente sus palabras a la cuestión argentina, sino que brindó un análisis que incluyó reducción del consumo y producción de aceros y hierros, así como también el avance de China, y la importancia de la descarbonización para evitar que las comunidades prefieran a los centros comerciales antes que a las fábricas.
Según datos de Alacero, el consumo per cápita de productos laminados caerá 3,4% en la región durante 2024. También se proyecta una reducción del 1,8% en acero. En términos de producción, Rocca aportó más cifras sobre lo que denominó “desindustrialización”.
“En los últimos 15 años, el peso de la manufactura en Brasil disminuyó constantemente hasta llegar al nivel actual, poco más del 10%, y algo similar ha pasado en la Argentina y en otros países de la región. Todos muy debajo del 17% en Europa o del 20% al 25% en los países asiáticos y en México”, sostuvo.
Por lo tanto, Rocca concluyó que el retroceso de la industria y la falta de crecimiento conforman la imagen de un “fracaso colectivo”. Al mismo tiempo, expresó optimismo hacia delante, aunque con un gran riesgo: el factor chino.
“Las importaciones chinas ayudan a contener la inflación, pero tiene un componente destructivo”, definió. En consecuencia, alentó a los productores siderúrgicos a proteger las cadenas de valor con mayor integración con occidente, con quienes se comparten “colores y principios”.
De hecho, Rocca dijo que con China no se puede competir porque hay una “cancha inclinada”. Este punto ha sido compartido por todos los participantes del Alacero Summit, que en varias conversaciones mencionaron subsidios que abaratan entre un 25% y 35% a los productos que provienen de ese país.
Según datos de Alacero, el consumo regional de las importaciones chinas de acero en 2022 representaban el 10% de las importaciones. En 2023, subieron al 14% y este año finalizarían arriba, en el orden del 16%. Visto de otro modo, en millones de toneladas, las importaciones chinas crecieron un 63% en los últimos dos años.
Además, contabilizaron que de 72 medidas antidumping en América Latina vinculadas a la siderurgia, 47 están relacionadas con el acero chino.
Tal cual explicó Rocca, el consumo de acero en China cayó, pero no así su producción. Por lo tanto, su excedente busca mercados para ser comercializado. América Latina es uno de esos destinos, ya que la región produce casi cinco millones de toneladas menos que las que consume.
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