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La UCR oficial busca evitar fugas en Diputados y apuesta a convertirse en una oposición con influencia en el Gobierno»

Si alguien pensaba que el culebrón de los diputados radicales se terminaba con la ruptura y dividiendo las aguas entre Rodrigo De Loredo al mando del arca oficial de la UCR y los legisladores de Facundo Manes y Martín Lousteau revelando una nueva identidad del partido centenario, se podría anticipar que no será así de simple y ya están preparando la segunda temporada de la interna.

En el interior del bloque UCR oficial, manejado por De Loredo, diagnosticaron que la situación está mal porque hay legisladores que no perdonan la decisión del cordobés de haber ido el miércoles a la Casa Rosada para participar en la mesa legislativa con el oficialismo y el PRO, después de recibir una invitación exprés de Martín Menem, que sigue sumando puntos en el ranking libertario.

Es que la noche anterior, en la reunión del bloque, se había acordado no ir a la reunión con el Gobierno para buscar un acuerdo de unidad con los sectores que hoy conforman Democracia para Siempre de Manes y Lousteau, que reclamaban la salida de los 5 radicales libertarios.

La reunión con el Gobierno y el PRO que provocó la ruptura de la UCR.La reunión con el Gobierno y el PRO que provocó la ruptura de la UCR.

Tras la fractura, hay diputados como Mario Barletta, Julio Cobos, Martín Tetaz y Atilio Benedetti, que quedaron en una situación incómoda. Por eso, el jueves a la tarde, Karina Banfi y Fabio Quetglas se juntaron con algunos de los afectados con la misión de contenerlos. Este viernes se hizo una reunión por zoom para hacer la primera evaluación de los daños. Barletta fue uno de los que mostró ganas de irse, incluso meditaba entre migrar al nuevo espacio que preside Pablo Juliano, el alfil político de Facundo Manes, o en armar un monobloque.

Cobos, por su parte, sigue molesto con la jugada de De Loredo porque fue uno de los trabajó para mantener la unidad del bloque y entiende que la fractura no es una solución de fondo. Martín Tetaz está defraudado porque fue uno de los promotores de la mesa de diálogo y cuentan que cuando insistió para que el cordobés no vaya a la Rosada «se le rieron en la cara», confió una fuente legislativa.

Quetglas, que trabajó en la contención de correligionarios, tampoco quedó cómodo con la situación, pero es difícil que pueda pegar el salto al bloque de Manes-Lousteau, ya que está más identificado con la línea del senador Maximiliano Abad. Todos estos interrogantes comenzarán a despejarse en la próxima reunión de bloque de la UCR oficial, programada para el martes a la tarde.

En tanto, en la bancada de Juliano prendían velas para que se concrete el pase de Natalia Sarapura, la diputada jujeña que ingresó de la mano de Gerardo Morales. La transferencia está en duda porque la legisladora no tiene feeling con su comprovinciano Jorge Rizzotti, pero sí tiene vínculo con Carla Carrizo y Danya Tavela que dejaron el bloque oficial. Todo dependerá de lo que decida el gobernador Carlos Sadir.

Mientras que el radicalismo tiene abierto el libro de pases, en el oficialismo celebran la fractura. Primero porque entienden que la ruptura dejó a Lousteau más cerca del kirchnerismo, pero también porque este «principio de revelación» del sector de De Loredo -como lo definieron- les permite contar con una mayoría radical decidida a «mantener un diálogo con el Gobierno».

En el despacho de Martín Menem, en cierta manera el artífice del quiebre al oficializar la invitación a la UCR para la juntada en la Rosada, alientan la ilusión de ampliar ese grupo de aliados y que el bloque de la UCR oficial se sume a la estrategia legislativa con el PRO. Esto le permitiría al Gobierno contar con una base sólida de 107 votos, entre propios, aliados y radicales.

Por ahora, la conducción del bloque, con De Loredo y Banfi a la cabeza, no ven esa posibilidad porque «no habría manera de legitimarlo», dijeron fuentes legislativas consultadas por Clarín. La apuesta, según precisaron, es «fortalecer el grupo» con la misión de ordenar prioridades después de «meses convulsionados por la disputa entre facciones».

Casi en tono de campaña, los radicales oficiales prometen «ser una oposición dialoguista y responsable» porque entienden que «es un método de influencia en la toma de decisiones para acompañar la gobernabilidad». La mirada estará puesta en cómo se moverá el oficialismo para tratar de seducir a la veintena de radicales y la primera prueba será el proyecto de Presupuesto.

Por ahora, un grupo de diputado radicales. entre los que está el mendocino Lisandro Nieri, que responde al gobernador Alfredo Cornejo, trabaja en la denominada Ley de Leyes buscando acuerdos con los oficialista José Luis Espert, presidente de la comisión en diputados, el senador Bartolomé Abdala y el secretario de Hacienda, Carlos Guberman.

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