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La Feria Pinta Buenos Aires Photo se abre aún más al mercado

La feria Pinta Buenos Aires Photo abrió sus puertas ayer en el Pabellón 8 de La Rural y las cierra el domingo. En esta edición cumple 20 años y se advierte que se ha ganado la simpatía de artistas y galeristas. No sólo conquistó a un público que disfruta de esta disciplina, sin también un lugar en el mercado. En la misma medida que aumentan los conocimientos sobre fotografía, se acrecienta el interés de los compradores.

En este sentido, es preciso destacar el intenso trabajo de difusión que encararon las galerías y, sobre todo, la propia feria, presidida desde su fundación por Diego Costa Peuser. Hace 20 años, Sara Facio decía que en la Argentina nadie vendía una foto; hoy, los principios básicos para iniciarse en este mercado ya son moneda corriente. Por otra parte, la posibilidad de abreviar o multiplicar la cantidad de copias y abaratar una serie, juega a favor de los galeristas en tiempos de vacas flacas. Así, tan rápido como un suspiro, ayer se vendieron cinco copias del desnudo con zapatillas de Belén Romero Gunset, una cita muy actual de la célebre “Venus del espejo” de Diego Velázquez.

Más que nunca en esta feria, a la diversidad estilística se suman diferentes procedimientos y soportes, como las fotografías antiguas que interviene Marcos López. Con el humor que lo caracteriza, López le planta una motosierra entre las manos a una niña con vestido blanco de comunión. Junto a ella, sobre la típica foto de una novia con su tocado y sus tules, pinta el ocelote que la protagonista lleva de paseo. Luego, se pueden observar rarezas, como las fotografías bordadas de María Bayú replicando las nervaduras de las plantas. La naturaleza, es un leitmotiv que se reitera. Al igual que los paisajes ampliados hasta lograr que los diseños de las imágenes representadas se vuelvan casi abstractos, cualidad que suelen acentuar varios fotógrafos esfumando los contornos de las cosas. La versión más notable es la escena de una pareja frente al mar de Yuyo Gardiol, talentosa rosarina que pone a la fotografía en plan de competición con la pintura metafísica.

No obstante, el fotógrafo que suscita los mayores comentarios es Santiago Carrera, con su “Metro cuadrado de cielo”. Las fotografías tomadas a un cielo sin nubes ostentan dos colores que se confunden, son plenamente abstractas y miden un metro por un metro. Como contrapartida de ese mundo celestial y con un formato gigantesco, está la instalación terrenal de Cecilia Lenardón, con sus imágenes desplegadas y arrugadas, semejantes por su dimensión a las de los carteles callejeros.

La obra más sofisticada acaso sea la serie de fotogramas de Julio Grinblatt, “Mirando a Morandi”, pintor del principio del siglo XX, valorado por la perfección y la humildad de sus bodegones. El procedimiento de Grinblatt se condice con el del pintor, elabora sus imágenes disponiendo el lugar que ocupan los vasos y botellas en las silenciosas pinturas de Morandi.

La calidad de la feria siempre fue excelente, pero este año es muy especial. La Argentina tiene una herencia formidable. Durante la Segunda Guerra Mundial, desde Europa llegaron fotógrafos gloriosos de la vanguardia, como Grete Stern, Horacio Coppola, Annemarie Heinrich y muchos otros. Entre ellos el egipcio Sameer Makarius. Su hijo, Karim Makarius, galerista y artista, presenta un retrato de Ernesto Sábato tomado por Stern y una serie de Susana Thenon, pareja de la bailarina Iris Scaccheri a quien retrató. Las copias en blanco y negro y gelatina de plata, son una joya.

Toda feria tiene un homenaje y el responsable durante años de la excelencia de BAPhoto, el curador y artista Francisco Medail, presenta a Jaime Bolotinsky, un fotógrafo ruso emigrado a la Argentina, donde desarrolló su producción, en la primera mitad del siglo XX.

La novedad de esta edición es la nueva curadora, Irene Gelfman, con el fin de llevar a la práctica el concepto «confluencia», un eje que permita reunir proyectos históricos que ya están integrados a la feria con los nuevos programas. En la feria debutó RADAR, una plataforma destinada a visibilizar a una generación de artistas nacionales y de mediana edad, a cargo del curador Sebastián Vidal Mackinson. Como demostración de la armonía reinante, los galeristas comparten sus stands, sistema que se reitera en otros espacios de la feria. Allí mismo se exhibe un estupendo retablo de Rosana Schoijett, junto con sus paisajes.

El espacio NEXT | Fuera de Foco cumple 10 años y lo ocupan los artistas jóvenes y emergentes. Si bien ya no es tan joven, el tucumano Sandro Pereira trajo los retratos que realizó entre 2003 y 2005, durante la Beca Kuitca en la UBA.

Con sus consabidas dimensiones desmesuradas e inabarcables, las ferias, por lo general ofrecen una sobrecarga de estímulos que no favorece la experiencia estética. Más bien tiende a anestesiar la percepción de los visitantes. Y justamente, la escala humana de Buenos Aires Photo, otro de sus aciertos, permite detenerse con placer y sin urgencias ante las obras, observarlas, pensarlas y disfrutarlas, además de entablar diálogo con los autores.

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