Una bolsa de regalo, con un mensaje de “Feliz Cumpleaños”, globos y serpentinas impresos, estaba en el maletero de un automóvil que He Jiaxuan conducía en enero de 2021. Los agentes federales de Estados Unidos seguían a este hombre de origen chino, que usaba el alias Edward, en la ciudad de Downey, en el condado de Los Ángeles, como parte de una investigación conjunta de varios años entre diversas agencias. Edward había salido de un edificio que los agentes tenían vigilado en Downey en el que sospechaban que había actividades ilegales.
Al revisar el auto y abrir el maletero, los agentes dieron con la bolsa de cumpleaños que guardaba cientos de billetes en fajos con un pequeño papel que decía “220 K 3% 6600″. La etiqueta indicaba que el efectivo sumaba US$226.600. Y no eran un regalo, sino uno de los usuales movimientos de dinero de la poderosa banca clandestina china en EE.UU., la cual tiene capacidad para lavar decenas de millones de dólares al año usando el sistema financiero del mundo.
Los agentes confiscaron ese dinero como parte de la Operación Fortune Runner. Según el Departamento de Justicia, la banda de California realizó al menos 42 movimientos de cientos de miles de dólares como parte de un pacto criminal de blanqueo de capital del poderoso cartel de Sinaloa mexicano.
“Esto es algo muy importante para nosotros”, señala a BBC Mundo el fiscal federal para el Distrito Central de California, Martín Estrada. “Es la primera vez que hemos demostrado que un cartel en México, el cartel de Sinaloa, está trabajando directamente con una organización china de lavado de dinero”.
A diferencia de otros métodos de blanqueo del pasado, grupos de procedencia china han perfeccionado en la última década un sistema en el que las montañas de efectivo que genera el narco y otras actividades ilegales nunca cruzan fronteras. Se valen del sistema financiero y comercial para mover las enormes sumas.
Esta estrategia ha comenzado a llevar a ciertos carteles de América Latina, como los mexicanos Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, a usar la banca clandestina china que, además de asegurar las transferencias, cobra un porcentaje mucho más bajo que otros lavadores de dinero.
Aquel 3% de la bolsa de regalo incautada en 2021 es el porcentaje de comisión por el trabajo, muy inferior al 10% o 15% que pueden cobrar otros lavadores de capitales.
“Es curioso ver cómo [los chinos] conquistan los mercados sin violencia. Manejan el dinero de gente tan violenta, pero sin violencia. Y los narcos se dan cuenta de que es una trama muy buena”, le explica a BBC Mundo el periodista e investigador Sebastian Rotella, que lleva desentrañando las operaciones chinas clandestinas durante casi una década.
“El sistema se empezó a notar hace 10 años y realmente se está expandiendo más y más… Está en todo el mundo”, advierte el especialista.
Pero ¿cómo funciona y por qué es tan eficaz?
Los carteles de la droga siempre han tenido un problema al traficar en Estados Unidos: cómo sacar el efectivo de las calles y llevarlo hasta sus arcas.
A lo largo de los años han usado diversos métodos, como comprar bienes inmuebles o artículos en EE.UU. y luego revenderlos, lo cual puede ser arriesgado si son detectados.
También han usado el movimiento “hormiga” con el que el dinero es devuelto por la frontera en pequeñas cantidades, lo cual también conlleva riesgos.
Pero bandas criminales chinas adaptaron un método conocido hace mucho tiempo (hawala) al sistema financiero moderno. Y con algunas ventajas: cobran pequeñas comisiones; ofrecen garantía de devolución si es confiscado; y eliminan los riesgos del cruce de fronteras, ya que el dinero nunca sale de EE.UU.
El caso presentado por el Departamento de Justicia es muestra de uno de los esquemas que aplica la banca clandestina china, aunque hay varias modalidades, señala Rotella.
Según la acusación judicial contra 22 detenidos, la banda de lavado de dinero de Downey, California, estaba encabezada por dos hombres: Édgar Joel Martínez Reyes y Tong Peiji, alias PJ o Dr P. Ambos acordaron con líderes del cartel de Sinaloa (CS) colaborar para lavar dinero producto de la venta de droga en EE.UU.
Luego de la venta en las calles de EE.UU., los “mensajeros” del CS entregaban el dinero en efectivo a los contactos del grupo de lavado de dinero.
“Reciben miles de dólares, US$100.000 de una sola vez, en bolsas, cajas, lo que sea”, explica el fiscal Estrada.
A partir de entonces, la banda de lavado de dinero china comienza un laborioso trabajo para poner todo el efectivo en sus cuentas bancarias.
Uno de los métodos es conocido como “estructuración”, en el que decenas de personas realizan pequeños depósitos en efectivo a tales cuentas. Lo deben hacer así porque el sistema financiero de EE.UU. ordena a los bancos reportar cuando hay depósito en efectivo por más de US$10.000. Y esto puede poner en evidencia la actividad ilegal de los lavadores de dinero.
La investigación sobre la banda de California detectó que entre las 15.47 y las 17.06 del 27 de enero de 2021, hubo 24 depósitos por cantidades inferiores a US$1000 en una cuenta del banco Citibank a través de cajeros automáticos. En total ingresaron en menos de dos horas US$15.960.
Otro método es la compra de cheques de caja que una persona puede obtener en un banco u otra institución financiera para luego entregarlo a alguien más sin que haya una cuenta personal involucrada.
Para hacer decenas de estas operaciones, los blanqueadores de dinero usan a sus propios integrantes de la banda, o también pagan a quienquiera que acepte hacerlo por ellos: desde estudiantes, obreros, empleados de diversos negocios y hasta amas de casa.
También usan comercios de todo tipo para ingresar efectivo. “Las empresas chinas, por lo que yo he visto, son pequeñas y medianas: restaurantes, sitios de masajes, de manicura, tiendas de ropa, todo tipo de negocio mediano y pequeño que tienen esa faceta de mover dinero”, explica Rotella, quien ha visto este tipo de negocios en Nueva York.
“Muchos de los operadores son mujeres, gente que tiene tiendas, estudiantes, camareros. No son gente con fusiles AK-47; son gente más discreta que aguerrida o violenta”, añade.
Aunque las bandas chinas tratan de evitar la violencia, sí están preparadas para defenderse.
Según el Departamento de Justicia, “en los últimos años se ha producido una explosión de empresas ilegales de cambio de dinero” dirigidas por personas de origen chino “que son capaces de aceptar enormes cantidades” de dólares de organizaciones criminales.
Una vez que el efectivo sale de las calles y está bajo su resguardo, o ingresado en sus cuentas de control en el sistema financiero, los lavadores de dinero han resuelto gran parte del riesgo de confiscación por las autoridades anticrimien. Y comienza la siguiente parte de la trama.
La venta de dólares
Esta trama de lavado de dinero podría ser operada por bandas de cualquier país. Sin embargo, resulta muy efectiva para los chinos debido a algunas condiciones económicas y políticas particulares del gigante asiático, explican los expertos a BBC Mundo.
Los empresarios y políticos en la élite en China obtienen muchas ganancias por sus negocios, pero no pueden invertir en el exterior fácilmente.
“En China hay reglas que restringen la salida de dinero de ese país a EE.UU. No pueden sacar más de US$50.000 por año. Entonces hay muchos chinos ricos que viven en EE.UU. y que quieren sacar dinero. Y quieren más que eso, porque quieren comprar propiedades, quieren hacer inversiones, quieren pagar las escuelas de sus hijos y cosas así”, explica el fiscal Estrada.
Para aquellos que quieren hacer negocios en EE.UU., les resulta conveniente que alguien en ese país les venda dólares. Y pueden comprarlos sin generar sospechas gracias a que la banca clandestina china, como la de California, les permite pagarlos a través de cuentas en el sistema financiero chino.
Una fuente en China consultada por BBC Mundo explica que “la fuga de capitales en el gigante chino es un hecho bien conocido y una tendencia preocupante para el gobierno de Pekín: su salida se ha disparado hasta el punto más alto en casi una década”.
“Pero esto no quiere decir que la mayor parte se haya canalizado por vías ilegales; de hecho, la mayoría de las salidas se producen por métodos legítimos”.
Quienes buscan a los lavadores participan a través de las “transacciones espejo”. En ellas, los brokers (negociadores) de las bandas de lavado solicitan al comprador en China que realice un depósito en moneda china (renminbi) por los dólares comprados, al tipo de cambio que ellos fijan y con una comisión. Cuando tienen confirmación de que el pago ha sido realizado en China, los brokers en EE.UU. pueden entregar los dólares en el país norteamericano.
El método de “transferencia espejo”, en el que ningún dólar estadounidense sale de EE.UU., ningún peso mexicano sale de México y ningún renminbi sale de China, hace que el seguimiento del proceso de blanqueo sea mucho más difícil, explica la fuente del país asiático consultada por BBC Mundo.
Pero según el Departamento de Justicia, es de tan “alta demanda” la compra de dólares en EE.UU. por parte de ciudadanos de origen chino en el país que “iguala” las enormes cantidades de efectivo generadas por organizaciones criminales como el CS.
Las bandas de la banca clandestina china son el intermediario que necesitan: “Ellos tienen la conexión con el cartel y con los chinos ricos que quieren dinero en EE.UU. Y usan esa conexión para darles a esos dos grupos lo que ellos quieren”, señala el fiscal Estrada.
En el caso de la banda perseguida en California, la operación para el cartel de Sinaloa implicó el lavado de más de US$50 millones, según la acusación presentada contra los acusados.
“En China ha habido represalias muy duras contra la corrupción, pero este esquema sigue funcionando. Y sigue porque beneficia a la élite china”, abunda Rotella. “Parte de las medidas anticorrupción han sido limitar dinero para sacarlo de China. Pero esa gente está pagando universidades a sus hijos en EE.UU. que cuestan mucho más que eso, comprando departamentos y casas en millones de dólares, ¿y cómo lo hacen?”, se pregunta.
Una vez que las transacciones espejo se han completado en ambos países, viene la parte que cierra el círculo del dinero lavado, tanto para los compradores chinos como para los carteles de la droga.
Por una parte, en EE.UU. los dólares son transferidos a cuentas bancarias a través de la “estructuración”, en efectivo, o mediante la compra de inmuebles en EE.UU. o bienes como carros y artículos de lujo que son exportados luego a China.
Otra modalidad más reciente es la compra de criptomonedas por parte de la banca clandestina china para comercializar dólares. Este tipo de operaciones tiene la ventaja de que la transferencia de recursos no deja un rastro en el sistema financiero controlado por los países.
Una opción más, aunque riesgosa, es la entrega directa de efectivo.
Por otra parte, las ganancias de la venta de droga regresan a los carteles en México y otros países a través de otras estrategias.
Una es la compra de productos de manufactura china. Los brokers adquieren consumibles de fácil venta en Occidente, como electrónicos o productos de moda, para luego exportarlos por las vías de comercio formales al país de origen de la droga, como México.
Una vez ingresados al país, son revendidos y las ganancias se entregan a los carteles, explica Estrada.
Otra vía puede ser la exportación desde China de insumos para fabricar drogas ilegales, “como precursores químicos, incluido el fentanilo”, asegura el Departamento de Justicia. Estos son entregados directamente a las organizaciones del narco mediante el contrabando.
En todo el proceso, las bandas de la banca clandestina china cobran porcentajes por cada transacción. Sus comisiones son más bajas que otros métodos de lavado de dinero, pero dado el volumen de dinero que mueven, este negocio ilegal les resulta muy lucrativo. “Cobran poco porque pueden manejar tanto dinero de la élite china que está dispuesta a perder dinero si puede sacarlo”, señala Rotella.
¿Son imbatibles?
El Departamento de Justicia anunció en junio pasado el golpe contra la banda de Downey, California, luego de una investigación que se remonta a cuatro años atrás. Se incautaron US$5 millones en efectivo procedente del narcotráfico, 137 kg de cocaína, 41 kg de metanfetamina, 3.000 pastillas de éxtasis, entre otras drogas y armas largas.
En total, 22 personas fueron detenidas, una de ellas en México y otra en China. El hecho de que el gobierno chino haya participado en el operativo es algo inusual, explica Estrada. “No es normal y por eso nos da una esperanza de que vamos a poder tener cooperación internacional con el gobierno de México y también con el gobierno de China”, celebra el fiscal.
Y es que aunque las autoridades contra el narco y el lavado de dinero puedan desarticular bandas en EE.UU. y otros países, la otra parte en China casi nunca es alcanzada.
La degradación de relaciones y cooperación entre Washington y Pekín también ha limitado esto. “Lo que queda claro es que las autoridades chinas no cooperan. Me lo ha dicho la DEA [Administración para el Control de Drogas], me lo han dicho fiscales italianos, me lo dicen en todo el mundo. Es un agujero negro China. Ese dinero sospechoso se mueve en China sin ninguna interferencia de las autoridades”, sostiene Rotella.
El investigador advierte que “esto está pasando ya en todo el planeta”. “En Europa, los grandes lavadores de dinero chinos trabajan para lo que se llama la Morocomafia, que es la mafia holandesa-belga de origen marroquí; para la Ndrangheta italiana: para los carteles colombianos y mexicanos en Europa; y para los albaneses”, explica el investigador.
En los países de Occidente, las autoridades suelen desarticular bandas como la de California, pero es solo uno de los dos brazos de las organizaciones de la banca clandestina china. Hace falta la cooperación de Pekín.
Entre los círculos de inteligencia, afirma Rotella, una de las interrogantes es si estas bandas pueden operar sin conocimiento del gobierno chino, que tiene un poderoso control en todos los ámbitos económicos y políticos del país.
“No puedo comentar sobre lo que el gobierno chino sabe o no sabe. Pero lo que sí puedo decir es que tenemos esperanza de que vamos a tener más cooperación del gobierno de China”, señala el fiscal Estrada.
Para la fuente china, “es poco probable que el gobierno chino no tenga ningún conocimiento de estas tramas, pero no podemos descartar la posibilidad de que las autoridades no sean conscientes de su magnitud”.
Lo que se ha visto en EE.UU. es que una vez que cae una banda, a los chinos no les resulta demasiado complicado volver a articular todo el esquema. “Tienen muchos recursos y mucha agilidad”, asegura Rotella. “Vuelven al ataque con algo mucho más grande”.
BBC Mundo