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Una adolescente y una caminata por calles brasileras: la historia detrás de «Garota de Ipanema», la segunda canción más grabada en el mundo

A mitad de la década de 1950 nacía en Brasil la bossa-nova (o «estilo nuevo»), un género musical derivado de la samba clásica del país latinoamericano y el jazz. Este último, si bien era el más popular del momento, se encontraba en un momento de desgaste, por lo que la bossa-nova llegó como una bocanada de aire fresco para la música de esa época.

La calidad musical del género estaba condensada en tres grandes exponentes, todos inventores del mismo: António Carlos Jobim, João Gilberto y Vinicius de Moraes, quien hoy cumpliría 111 años. A propósito de la efeméride, toca recordar una de las historias más famosas envueltas por el género. Se trata de la creación de «Garota de Ipanema», la segunda canción más grabada de la historia.

Cómo compusieron António Carlos Jobim y Vinicius de Moraes «Garota de Ipanema»

Jobim y Vinicius ya habían cosechado su fama por la composición de los primeros hits del flamante género, entre los que destacaba «Chega de saudade». Era verano en el año 1962, y los dos cantautores se encontraban en el bar Veloso, famoso en aquella época y del cual ellos eran habitués.

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António Carlos Jobim y Vinicius de Moraes, los autores de

António Carlos Jobim y Vinicius de Moraes, los autores de «Garota de Ipanema».

Ahora ese bar se llama Garota de Ipanema y es frecuentado por turistas que viajan a Rio de Janeiro. Y esto es debido a que en una de las mesas del local fue compuesta la icónica canción. Ipanema contaba con alrededor de 40.000 habitantes, y era un pueblo modesto, aunque con mucha actividad nocturna y bares.

Sin embargo, Jobim y Vinicius tenían toda su atención puesta en la calle Montenegro -ahora se llama Rua Vinicius de Moraes-, ya que por ahí siempre pasaba una chica de 17 años, pelo oscuro y ojos verdes, con dirección a la playa. Cada tanto iba por esas calles para comprarle cigarrillos a su madre.

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Helô Pinheiro, la verdadera

Helô Pinheiro, la verdadera «Garota de Ipanema».

Se trataba de Helô Pinheiro, quien puede ser considerada una de las musas inspiradoras más famosas de la historia. Y es que ambos músicos notaron la belleza y la figura atractiva de la joven, por lo que decidieron escribirle una canción. En ella se puede escuchar como Jobim y Vinicius describían a Helô, su cuerpo y su forma de caminar. La dulzura y sutileza de la obra sintetizan el espíritu de la bossa-nova, un género que había llegado como una disrupción del jazz clásico, con una cuota de romanticismo y sensualidad.

El gran himno brasilero iba a llamarse «Menina que pasa», y en un principio había sido pensada para una comedia musical en la que Vinicius estaba trabajando por esa época, titulada Dirigível (Dirigible). Incluso se descartaron los versos escritos originalmente, aunque en muchas interpretaciones sirvieron a modo de introducción: Vinha cansado de tudo, de tantos caminos / Tão sem poesía, tão sem passarinhos / om medo da vida, com medo de amar / Quando na tarde vazia, tão linda no espaço /Eu vi a menina que vinha num passo /Cheio de balanço caminho do mar.

La primera grabación registrada de «Garota de Ipanema» es del 1 de agosto de 1962. La misma provenía de una sesión en un club nocturno de Copacabana llamado Au Bon Gourmet, y contaba con la participación de Tom Jobim, Vinicius de Moraes, João Gilberto, Os Cariocas, Otávio Bailly en el bajo y Milton Banana en la percusión.

El productor Creed Taylor estaba en busca de nuevas canciones para el próximo repertorio de una de sus más grandes estrellas, el saxofonista Stan Getz, por lo que contactó a los cariocas para que finalmente en marzo de 1963 graben una nueva versión del tema. En esta, además de la participación de Getz y Gilberto, se sumó la cálida voz de Astrud Gilberto, la esposa de João.

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Stan Getz y Astrud Gilberto.

Stan Getz y Astrud Gilberto.

Esta última interpretación le valió una popularidad inconmesurable a la canción. En 1965, ante la presión por conocer a la misteriosa musa, Vinicius reveló que el tema estaba inspirado en Helô, a quien le dedicó estas palabras: “Es una chica dorada, una mezcla de flores y sirenas, llena de luz y llena de gracia, pero cuya personalidad también está llena de tristeza porque siente que la juventud pasa y que no podemos retener la belleza. Ella es el regalo de la vida con su hermoso y constante fluir”. La carrera de la chica de Ipanema despegó inmediatamente, quien se desarrolló como modelo y actriz, y hasta apareció dos veces en la revista Playboy. Incluso tuvo que enfrentar una demanda legal por los derechos del título de la canción que le hicieran los familiares de Tom Jobim, que finalmente ganó.

Un año más tarde, Jobim se encontraba en el bar Veloso cuando recibió una llamada de Nueva York. Era nadie más ni menos que Frank Sinatra, quien le preguntó al compositor brasileño si quería grabar con él su célebre canción. Así fue como en 1967 salió el disco «Sinatra/Jobim: The Complete Reprise Recordings».

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Frank Sinatra y António Carlos Jobim, durante las grabaciones de

Frank Sinatra y António Carlos Jobim, durante las grabaciones de «Sinatra/Jobim: The Complete Reprise Rercordings».

Curiosamente, a pesar del enamorado relato de Jobim y Vinicius en la obra, ninguno de los dos salió con Helô. La canción fue finalmente una oda al amor platónico, a aquello que nunca fue, como una brisa de nostalgia y melancolía.

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