El vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Carlos Rosenkrantz, mostró este jueves una faceta desconocida al participar de actividades recreativas de boxeo y rugby con condenados en cárceles. Rosenkrantz, como es rector de la Universidad de San Andrés, es muy conocido por su faceta académica.
El juez de la Corte incluso, con un protector en la cabeza pero sin dejar su traje, intercambió unos golpes con un preso en un ring de boxeo.
Invitado por Eduardo Oderigo y Dolores Irigoin, cofundador y directora ejecutiva de la Fundación Espartanos, respectivamente, el juez de la Corte conoció esta mañana las actividades que realiza esta organización sin fines de lucro que trabaja a través del rugby, la educación, la espiritualidad y la inserción sociolaboral para transformar la vida de las personas privadas de su libertad.
El juez Rosenkrantz con el equipo de rugby integrado por presos llamado «los espartanos».Rosenkrantz asistió al entrenamiento desarrollado por los Espartanos en la Unidad 48 del Penal ubicado en la Localidad de San Martín, Provincia de Buenos Aires, y vivenció el trabajo que viene desarrollando Espartanos en ese establecimiento.
El juez Rosenkrantz con el presidente de la fundación que organiza a los espartanos.El programa integral espartano ayuda a bajar los índices de reincidencia a un 5% y hoy 60 cárceles del mundo implementan el modelo integral espartano: 44 en Argentina y 16 ubicadas en España, Kenia, Chile, El Salvador, Uruguay y Perú.
De la actividad participaron también el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Fernando Soria; el ministro de Justicia y Derechos Humanos de la provincia, Juan Martín Mena, el jefe del Servicio Penitenciario Bonaerense, Xavier Areses, entre otros.
El programa de Los Espartanos se expandió hasta llegar a 60 penales en 16 provincias, incluso entre mujeres presas. Casi mil presos y presas fueron capacitados para distintas profesiones y 100 de ellos tienen empleo. En las cárceles, los detenidos desterraron una creencia: que el rugby es sólo un deporte de hombres.
Uno de los mejores días que vivieron Las Espartanas fue cuando salieron de la cárcel para jugar un amistoso en el San Fernando Rugby Club ante las chicas de Banco Hipotecario. El triunfo más importante no estuvo en el marcador (ganaron el primero 10 a 2 y el segundo 20 a 11) sino en el famoso tercer tiempo. En otra ocasión, fueron visitadas y entrevistadas por un canal de televisión dedicado al deporte.
El juez Rosenkrantz observa a los los espartanos.