Legisladoras y legisladores de las dos cámaras del Parlamento francés, reunidos en una sesión conjunta extraordinaria en el Palacio de Versalles, incorporaron por amplia mayoría el derecho al aborto en la Constitución. La votación se celebró con aplausos interminables. En las galerías, activistas se abrazaban y agitaban pañuelos verdes. Hubo también festejos en las calles. La Torre Eiffel se iluminó con la leyenda Mon Corps Mon Choix (Mi Cuerpo, Mi Decisión). Se trata de un hito en la lucha feminista que no tiene precedentes internacionales. Y que además deja un mensaje al mundo: la libertad de decidir de las mujeres sobre su cuerpo no puede estar en riesgo dependiendo del contexto político y el gobierno de turno. El caso de Argentina, que con su marea verde fue faro para la región y ahora tiene un Presidente abiertamente antifeminista, que ya se expresó en contra de la Ley de IVE, fue aludido en algunos de los discursos que se escucharon en el debate, como fundamento para instar el voto a favor de esta reforma constitucional histórica. Más del 90 por ciento de diputadxs y senadorxs que votaron –el mínimo exigido para una reforma constitucional es el 60 por ciento– apoyaron la inscripción en el artículo 34 de la Carta Magna de «la libertad garantizada» de las mujeres «para interrumpir voluntariamente el embarazo».
«Orgullo francés, mensaje universal», celebró en la red social X el presidente Emmanuel Macron, quien anunció que la ceremonia final de promulgación será el 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de las Mujeres. No solo representa la primera reforma constitucional de su presidencia, sino también una de las políticas feministas más ambiciosas desde su llegada al Elíseo, en 2017, destacaron medios en Francia.
«Es una etapa fundamental que quedará en la historia. (…) Estamos dando una segunda victoria a Simone Veil», afirmó el primer ministro, Gabriel Attal, refiriéndose a la carismática ministra liberal que logró la legalización del aborto en 1975. «Aún estamos lejos del final del camino, pero nos acercamos a la igualdad» entre hombres y mujeres, agregó el joven responsable del Ejecutivo, de 34 años, quien llegó a Versalles acompañado por Jean Veil, el hijo de Simone. Y expuso este lunes ante las dos cámaras.
El Congreso –la sesión de las dos cámaras, que incluye 925 legisladores, entre diputadxs y senadorxs- es un órgano especial de la República en Francia para determinados actos y decisiones. La enmienda en la Constitución requería una mayoría de tres quintos de los parlamentarios, un umbral que estaba garantizado porque la Asamblea Nacional y el Senado lo alcanzaron con holgura cuando votaron el texto.
La modificación constitucional es muy breve, pero importante, porque blinda el derecho al aborto y hace muy difícil que un Gobierno que esté en contra pueda aprobar en el futuro una ley que lo declarare ilegal. «La ley determina las condiciones en las cuales se ejerce la libertad garantizada a la mujer de recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo», dice el texto añadido a la Constitución.
En 2022, en Francia se extendió hasta las 14 semanas el plazo para acceder a un aborto voluntario. Están previstas además causales. Y la cobertura por la seguridad social de las IVE. Según cifras oficiales, el número de prácticas se mantiene estable desde hace dos décadas en 230 mil anuales.
Antes que Francia, Chile intentó introducir el derecho para las mujeres a «una interrupción voluntaria del embarazo» en el proyecto de la nueva Constitución en 2022, que fue finalmente rechazado en un referendo.
La iniciativa para proteger el derechos de las francesas a interrumpir voluntariamente un embarazo surgió luego de que en Estados Unidos la Corte Suprema derogara en junio de 2022 el fallo del caso Roe vs. Wade, la sentencia histórica que en 1973 legalizó el derecho al aborto en ese país. “Ha sido un proceso de 18 meses, que se inició a partir de una propuesta de una bancada de izquierda pero que fue promovida por el propio presidente Macron, es decir, el oficialismo, y también organizaciones de la sociedad civil que vienen trabajando en la temática”, recordó en diálogo con este diario Fernanda Vanegas, directora de Incidencia del Centro de Derechos Reproductivos, con doble nacionalidad colombiana-francesa, que siguió la votación en Francia de este lunes desde Bogotá. Vanegas destacó que uno de los aspectos más relevantes de la aprobación de la reforma constitucional francesa es que ha sido apoyada por todos los partidos políticos. «Votaremos para incluirlo en la Constitución porque no tenemos ningún problema con ello», dijo incluso la líder del partido de extrema derecha Marine Le Pen a los periodistas antes de la votación de Versalles aunque se diferenció al señalar que le parecía una exageración llamarlo un paso histórico porque, agregó, «nadie está poniendo en riesgo el derecho al aborto en Francia».
–Llama la atención que también la ultraderecha haya apoyado la reforma. ¿Qué diferencia hoy a Francia de otros países, como Argentina, donde el ataque al derecho al aborto es parte de una agenda “antigénero” de un gobierno alineado con otros líderes de la ultraderecha? –le preguntó este diario.
–En estos 18 meses de discusión se destacó un argumento infalible y es que las democracias deben proteger los derechos de las mujeres. Y dentro de los derechos de las mujeres están el derecho a la libertad, el derecho a escoger, el derecho a la autonomía y, por lo tanto, el derecho a esta libertad de acceder al aborto. Y es interesante esa pregunta, porque detrás de este argumento, en las discusiones en la Asamblea, en el Senado, hoy mismo en el Palacio de Versalles se ha citado justamente eso y se ha aludido a la situación en Argentina y el hecho de que los populismos, la primera cosa que hacen es atacar los derechos de las mujeres, los derechos sexuales y reproductivos, y el acceso al aborto. Y algo que ha estado muy presente en todas las discusiones es el mensaje que quiere mandar Francia al mundo. Esta reforma tiene consecuencias directas y es histórica para las mujeres de Francia pero también para las de todo el mundo. Francia está diciendo que las democracias no pueden estar completas si no se protegen los derechos sexuales y reproductivos, y el derecho a las mujeres de disponer de sus cuerpos.
Inicialmente, el texto propuesto por los diputados en la Asamblea Nacional hablaba del derecho al aborto pero hubo resistencia de algunos sectores que alegaron que iba a contravenir el derecho a la objeción de conciencia, reconocido también en Francia. Por eso el texto que finalmente se aprobó habla de “la libertad garantizada” para acceder a la interrupción de un embarazo, explicó Vanegas. El tema, indicó, genera amplio consenso en la sociedad francesa. Los últimos estudios de opinión, realizados cuando se amplió el acceso al aborto hasta la semana 14 de gestación, en 2022, reflejaban entre un 78 y un 80 por ciento de aprobación entre las personas encuestadas.