Cientos de productores se movilizaron a Bruselas, Bélgica. Manifestaron “descontento por los altos costos”. Plantean “detener estas leyes locas” que consideran “asfixiantes” para el sector agropecuario.
Cientos de agricultores con tractores expresaron su descontento durante la cumbre de la Unión Europea (UE), en Bruselas, Bélgica. Destacaron los desafíos que enfrentan en relación con los “altos costos de producción” y las regulaciones que consideran “asfixiantes”. Las manifestaciones, que se iniciaron a finales de 2023 en países como Alemania y Polonia, se intensificaron en las últimas semanas, extendiéndose a Francia y, ahora a territorio belga, cerca de la sede del Parlamento Europeo.
Con bocinazos, los agricultores bloquearon calles y lanzaron protestas contra las fuerzas de seguridad. Algunos manifestantes arrojan piedras y huevos. Expresaron su frustración con la situación que enfrentan en el sector agrícola. A pesar de que la cumbre tenía como tema central a Ucrania, la difícil situación de los agricultores logró entrar en la agenda de discusión.
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El primer ministro belga, Alexander De Croo, subrayó “la importancia de garantizar que los agricultores reciban precios justos por sus productos de alta calidad” y abogó por “reducir la carga administrativa” que enfrentan. La protesta destaca la necesidad de abordar las preocupaciones del campo en medio de un contexto económico y regulatorio que muchos consideran adverso para el sector en la UE.
En ese sentido, las protestas recibieron un fuerte respaldo político, por ejemplo de autoridades de Francia y Portugal, que han dispuesto medidas en línea con las inquietudes de los reclamos.
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En tanto, bajo el lema “Detener estas leyes locas”, agricultores de España e Italia se unieron en Bruselas, y manifestaron su descontento ante diversos desafíos que amenazan la viabilidad del sector. La protesta aborda preocupaciones relacionadas con el aumento de los costos de energía, el alza en los precios de insumos como los fertilizantes y la competencia desleal derivada de importaciones de alimentos más baratos que no están sujetos a las mismas regulaciones rigurosas de la UE.
Perciben a las normativas ambientales y burocráticas como “asfixiantes”
En tanto, destacaron particularmente las reglas de “retirada de tierras” que imponen la obligación de mantener ciertas porciones de suelo no productivo. Argumentan que estos requisitos, combinados con la inflación y los impactos del cambio climático que afectaron negativamente a sus cultivos, hacen que sea extremadamente difícil para ellos mantener una subsistencia digna mediante la actividad agrícola. En este contexto, exigen cambios inmediatos en las políticas que afectan al sector agrario.
A pesar de que la cumbre de la UE abordó inicialmente temas relacionados con Ucrania, el enojo de los ruralistas logró incluir su difícil situación en la agenda de discusión. El agricultor Jean-François Ricker, desafiando las bajas temperaturas invernales, esperaba la llegada de entre 1000 y 1400 vehículos para unirse a la movilización en la capital belga. Enfatizó que la intención de la protesta no es derribar todo, sino “demostrar la insatisfacción y la necesidad de un cambio”.
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Además, productores agropecuarios de España e Italia también se sumaron a la manifestación, respaldando las peticiones de sus colegas frente a los problemas que afectan al sector agrario en la Unión Europea.
José María Castilla, agricultor español, destacó la importancia de cláusulas legibles y la necesidad de detener lo que describió como “leyes locas” que emanan constantemente de la Comisión Europea.
En tanto, el italiano Enrico Parisi explicó que decidieron unirse para formar una voz colectiva en cooperación con el Parlamento Europeo y otros políticos. Su objetivo es “preservar la tradición agrícola, la calidad de los alimentos y asegurar un ingreso digno para los agricultores”. Destacaron la importancia de la dignidad en la preservación de estos aspectos fundamentales.
En respuesta a las protestas y bloqueos que persisten, tanto en Francia como en Portugal se anunciaron medidas para el sector agrícola.
Millones de euros para los agricultores de Francia y Portugal
El primer ministro francés Gabriel Attal se comprometió a destinar 150 millones de euros en ayudas fiscales y sociales para el presente año, junto con cláusulas de salvaguarda, incluida una que prohíbe la importación de frutas y verduras tratadas con pesticidas prohibidos en Europa.
Estas medidas buscan abordar las preocupaciones de los agricultores y simbolizan un enfoque renovado en las políticas del sector, según Attal.
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En Portugal, el Gobierno también tomó medidas para prevenir la expansión de las movilizaciones y bloqueos de agricultores en su territorio. Se anunció un paquete de ayuda de 500 millones de euros, que incluye una reducción del 55% en el impuesto al combustible diésel para el sector agrícola.
Además, se asignaron 120 millones de euros para apoyar la agricultura orgánica y mixta, y se destinaron 200 millones de euros para mitigar los efectos de la prolongada sequía en los ingresos de los agricultores.
La ministra de Agricultura, Maria do Ceu Antunes, destacó la comprensión del Gobierno respecto a las dificultades enfrentadas por los agricultores en los últimos años y afirmó que el paquete busca satisfacer sus expectativas.