A diario, las celebrities comparten “tips”, recetas, sus “últimas adquisiciones” y hasta los viajes que todos creen que pagaron con el sudor de su frente, pero son acciones que les permiten tener un estatus cómodo y soñado.
Desde la llegada de Instagram, los canjes de los famosos se volvieron moneda corriente cada vez que uno abre la aplicación. Promocionan desde alimentos, ropa y viajes, hasta descuentos en estacionamientos o sanitarios. El arte de facturar no es nada sencillo, aunque así lo parezca, y la experta en marketing digital Yanina Pezzi lo explicó a la perfección.
Pezzi tiene mucha experiencia en el tema, ya que cuenta con una importante trayectoria de más de 10 años como relacionista pública. Trabajó para grandes marcas nacionales e internacionales, liderando sus estrategias de prensa. Su trabajo fue reconocido con múltiples premios de la industria y fue llamada varias veces a participar como jurado de los eventos más destacados del sector. Yanina también fue convocada para crear y dirigir el área de prensa en una importante agencia internacional de publicidad, y hoy sigue generando un diferencial para marcas en Estados Unidos.
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Lo primero es la planificación de la marca, que vuelca todas sus ideas para ir en busca de una meta. Y a diferencia de lo que muchos creen, la cantidad de seguidores no termina de cerrar un acuerdo. “El foco está puesto en las interacciones del público, que debe ser fiel. Capaz que una mega figura tiene un millón de seguidores, pero la mitad son truchos, y ahí el trabajo no serviría. Por eso primero observan el contenido que acostumbran a subir y ahí lo vinculan para dar el primer paso”, aseguró ante TN Show.
“Las condiciones se pactan. A veces tal vez le piden a la celebrity que suban una historia por semana o tres, además de un posteo. De ahí varía el precio, que suele ir desde los 250 mil pesos en adelante en la Argentina, por ejemplo”, agregó la experta que, a través de la implementación de estrategias de comunicación como las relaciones públicas, logró colaborar con importantes empresas internacionales.
El mínimo de seguidores para tirarse a la pileta son 100 mil, sobre todo si son fieles. “Una vez que se elige a la persona que se va a contratar, se avanza con el objetivo. Se puede querer vender más productor, levantar los seguidores de Instagram, ser más conocido o lanzar promociones. A veces todo se hace a distancia: se envía un artículo y el famoso lo muestra y persuade a su público a que se interese en él. Otras, sin embargo, puede requerir de una movilidad. Por ejemplo, se pide que el personaje se acerque a un local para probarse ropa y compartir sus looks desde el negocio”, sostuvo.
Yanina Pezzi resalta que no hay que dejarse nublar la vista por los números: “Está bueno que te nombren, pero si no le van a poner onda con la acción prefiero a otro influencer que sea más combativo”. Lo último es el pago, que se suele hacer por transferencias. Sin embargo, muchas celebrities prefieren que les den viajes para ellos y sus familiares o necesitan equipar o remodelar sus viviendas, como en el caso de la China Suárez, que levantó su casa de campo gracias a diferentes empresas.
Así es como cientos de famosos facturan millones con un mínimo esfuerzo y se dan una vida soñada que en muchos casos despierta envidia entre los usuarios. Pero no basta con tener mucha popularidad, ya que tal como explicó la licenciada, lo importante es tener un público fiel que interactúe y genere confianza.