Rafa Nadal dejará el tenis en los próximos días como jugador profesional tras una carrera llena de éxitos, puntos épicos y remontadas propias únicamente al alcance del manacorí. El español buscará engrandecer todavía más su leyenda con un nuevo trofeo para España en la Copa Davis en Málaga, donde los españoles parten con posibilidades al tener en el equipo nacional a Carlos Alcaraz y al propio balear.
Sin embargo, en el recuerdo de los triunfos de Nadal siempre va a destacar el primero que marcó la carrera exitosa del español en la tierra de París: su Roland Garros de 2005. Desde ese momento en adelante, la ciudad de París ha encontrado en Rafa una insignia, un héroe, un tenista que ha marcado generaciones de niños en el país galo y en todo el mundo. Pero en esa primera ocasión, no lo tuvo nada fácil: el balear tuvo que vencer tras remontar frente al argentino Mariano Puerta, algo en lo que él ha sido siempre un especialista.
En ese 2005, un joven y un tanto desconocido Nadal llegaba a su primera final en la Philippe Chatrier con la máxima ilusión y nivel de juego. Aunque por aquel entonces todavía estaba en sus inicios, es cierto que había jugadores que ya habían oído hablar de él y sabían de su talento. Como el alemán Lars Burgsmuller, a quien Nadal se enfrentó en primera ronda en su debut en Francia. “Todo el mundo hablaba ya de Rafa Nadal, todo el mundo decía que iba a convertirse en un gran jugador”, ha comentado.
Los enfrentamientos no fueron fáciles para un Nadal que tenía 19 años en aquel momento. En su camino tuvo que verse las caras con jugadores de gran nivel, donde destacó el gran Roger Federer. Se encontraron en semifinales, y todas las apuestas se situaron contra el español. Pero este dio la sorpresa: el balear arrasó a Federer en cuatro sets y llegó a la final en su primera edición en Roland Garros.
En el decisivo partido le esperaba Mariano Puerta, un jugador argentino que estaba ante su mayor oportunidad a nivel deportivo, pero que tuvo la mala fortuna de topar con el que acabaría siendo un verdadero huracán en tierra batida. El argentino comenzó bien y se anotó el primer set con un ajustado 7-6 que se decidió en el desempate. Sin embargo, desde ese instante, la bestia despertó: el balear se activó y barrió a Puerta en los dos siguientes sets. No obstante, en el cuarto set, el argentino pudo forzar el quinto set, pero Rafa no lo permitió y cerró el partido finalmente con un 6-7, 6-3, 6-4 y 7-5 tras remontar ese primer set.
De esa forma, el camino de espinas sufrido por Rafa en 2004, cuando no pudo acudir a París por lesiones durante toda la temporada, quedaba atrás, y así comenzaba el inicio de un legado histórico difícil de superar en una pista que idolatra al español como lo que es: una leyenda del deporte mundial.