No miren arriba reunió a un elenco de superestrellas. Leonardo DiCaprio, Meryl Streep, Jennifer Lawrence, Timothée Chalamet, Ariana Grande y Cate Blanchett fueron algunos de los actores que participaron de la megaproducción de Netflix que se estrenó en diciembre de 2021. Y si bien en cada una de las entrevistas que brindaron en su momento todos coincidieron en que se divirtieron en el set, el director del film, Adam McKay reveló que hubo una escena en particular que a uno de los protagonistas lo incomodó en demasía.
En la película, la actriz de El diablo viste a la moda interpreta a Janie Orleans, la presidenta de los Estados Unidos, un personaje inspirado en el exmandatario de aquel país, Donald Trump. DiCaprio es el astrónomo Randall Mindy, quien junto a su alumna Kate Dibiasky (Lawrence) intentan alertar al mundo ante la inminencia de una catástrofe que amenaza con acabar la vida en la Tierra. A pesar de sus esfuerzos, el mundo parece estar ocupado en cosas “más importantes”. Incluida la presidenta, que no se toma muy en serio el asunto.
Más allá del derrotero del profesor y la alumna, y de lo que ocurre, o no, con el planeta, la escena final muestra al personaje que interpreta Streep desnudo, mostrando un particular tatuaje en la parte baja de su espalda. La escena en cuestión causó gran alboroto en las redes en el momento en el que la película se estrenó, pero también puertas adentro.
Pero quien se mostró inquieta no fue la actriz. “Ella es temeraria”, explicó McKay a The Guardian. Además, aseguró que el cuerpo que se ve, no es el de la actriz. “Usamos una doble de cuerpo. Pero… ¿Sabés quién tuvo problemas con esa escena? Leo”, reveló. Y agregó: “Es que él simplemente ve a Meryl como a un miembro de la realeza del cine… Bueno, tal vez realeza no sea un halago… Digamos mejor que la ve como una figura muy especial e importante en la historia del espectáculo”.
En la misma entrevista, McKay señaló: “Leo no quería verla con el tatuaje en su espalda baja, caminando desnuda. Estaba tan incómodo con la idea que me dijo: ‘¿En serio necesitás mostrar eso?’. Y yo le respondí: “Es la presidenta Orleans, no es Meryl Streep”. Con respecto a la reacción de la actriz, el director fue contundente: “Ella ni siquiera pestañeó. En ningún momento ese fue un tema de conversación entre nosotros”.
Otro de los momentos cruciales del film, también sobre el final, retrata una cena en la que el personaje de DiCaprio dice una sentida frase, ante la inminencia de la catástrofe. Sin embargo, ese latiguillo, según se dio a conocer, no estaba en el guion y se le ocurrió al actor. En los últimos segundos de la película, Randall Mindy reflexiona: “La cosa es que nosotros realmente lo teníamos todo. ¿No lo creen? Quiero decir, si nos ponemos a pensar”. Esas palabras, solemnes, se escuchan mientras los personajes comparten una cena en medio de los temblores que se dan a su alrededor.
La revelación fue hecha por McKay en una entrevista que realizó con la revista Variety. Además de revelar este detalle, recordó cómo fue el momento en el que DiCaprio lo propuso. El protagonista de la película se acercó a McKay y a la supervisora del guion, Cate Hardman y les manifestó que “debería decir algo”. “Y dijo la frase, ni siquiera la leyó en su personaje. Cate y yo lloramos inmediatamente y a mí se me quebró un poco a voz”, recordó sobre aquel momento.
LA NACION